Lo confieso, mi perdición son los tomates. Desde el desayuno a la cena, siempre los tengo presentes. y si hay cherrys sobre la encimera, yo que no soy de ir picoteando por la cocina, es a lo único que mi voluntad claudica, y cojo un puñado como la que no quiere la cosa cuando paso por su lado.
Hasta hace dos años no me lancé a hacer la mermelada de tomate, y como en verano es la época que aprovecho para hacer la mayoría de las conservas, y mis tomateras nuevamente se han portado bien, he preparado unos cuantos botes. No pensé que me iba a gustar tanto esta mermelada, y aunque lleva tiempo de moda y todo el mundo aplaude el resultado, no estaba convencida del todo.
Está claro que la mente hay que mantenerla abierta en todos los ámbitos de la vida, y que en la cocina no podemos cerrarnos a nuevas preparaciones. Hasta algunos de la familia, que son un poco más reticentes para probar "modernidades" culinarias, cuando abrieron el bote que les envié junto a otras conservas caseras las pasadas Navidades, ni os cuento lo rápido que llamaron para decirme el éxito que había tenido.
Como los tomates que utilicé eran cherrys, el paso de pelarlos como comprenderás, lo obviamos. Ya pasaremos el resultado por un colador para eliminar la piel junto a las semillas. Como siempre te digo cada vez que publico una mermelada, igual piensas que la cantidad de azúcar no es mucha. Pero hay que tener en cuenta la maduración y dulzura de la fruta o verdura que estamos preparando y no creo que haga falta añadir el mismo peso de azúcar, es más, considero que es una exageración y desde luego no sería capaz de comerla. Soy golosa sin que me guste el empalago, por supuesto si tú eres más dulcera, sólo tienes que añadir más cantidad.
El paso a paso no lo traigo hoy, tuve problemas con el disco duro externo donde almaceno las recetas pendientes de publicar, y se han borrado todas. Así que después del cabreo monumental de los primeros momentos y días posteriores, para qué vamos a negarlo; solo queda aceptarlo y punto. Más pena si lo pienso me da las fotos familiares, que esas no podré volver a repetir; las receta tarde o temprano las prepararé de nuevo. De todas formas la mermelada no es una elaboración complicada, y con las indicaciones creo que será suficiente.
Animate a hacerla, que en el mercado todavía hay unos tomates excelentes y llenos de sabor, ya sabemos que en el invierno, la pinta será buena pero no saben a ná de ná. Este pasado puente, he recogido los últimos tomates, y me han dado para hacer 3 kilos más de mermelada, a partir de ahora toca esperar hasta la siguiente temporada.
La receta se la copié a mi querida Elisa {Que no te falte un perejil}, otra loca apasionada de las mermeladas caseras que hace unas combinaciones maravillosas. Lo de añadirle clavos y canela, le da un toque muy peligroso, la convierte en adictiva.
2 Kilos Tomates Cherrys
450 grs Azúcar de Abedul
3 Clavos de olor
Zumo de un Limón
1 Palo de canela
** Si utilizas azúcar blanca, es la misma cantidad**
- Partir los tomates por la mitad y dejarlos en un cuenco amplio para que repose con el azúcar durante una hora.
- Llevar al fuego fuerte durante diez minutos con el resto de los ingredientes y si produce espuma, retirarla con una espumadera.
- Bajar el fuego a media fuerza, dejar cocer la mermelada hasta que tenga la consistencia deseada. No dejes que quede muy espesa, que al enfriar endurece aún más.
- Retirar la canela y los clavos.
- Si quieres que quede la mezcla libre de pieles y semillas, pásala por un colador como hice yo. Con esta cantidad, tardé unos cuarenta y cinco minutos en tenerla lista.
- Si utilizas otra variedad de tomates, te aconsejo pelarlos y trocearlos pequeños, la mermelada queda con una textura más gruesa, exquisita también.
Mientras, puedes hervir los botes donde las vayas a embasar junto con sus tapas. Rellenalos con la mermelada caliente y si los quieres conservar por más tiempo, los cueces al baño maría durante media hora. Después le das la vuelta a los botes y los dejas así hasta el día siguiente.
¡¡¡ A disfrutar !!!
Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces, espero que seas feliz.