1 de mayo de 2017

Chutney de Tomates Cherrys




La primera vez que probé el Chutney fue en Inglaterra, y me supo a rayos.
A los pocos días de estar allí, la familia inglesa con la que vivía, preparó unos sandwiches para el Lunch y cogí uno. Mira que me gustan los sabores raros y probar de todo, pero aquello me superó. Me lo comí con tooodo el asquito del mundo, y disimulando por simple educación, pero prometiendo para mis adentros, no comer algo por aquellos lares antes de preguntar . . . por si las moscas.
El sandwich en cuestión era de pan integral, con queso derretido y chutney de melocotón, ahora te hago una ola si me lo preparas, pero en ese momento casi me muero.

En una cena familiar, semanas después, volvió a estar presente el dichoso Chutney. En esa ocasión era de mango y el plato principal era una carne asada. Sin poder escabullirme, lo tuve que comer de nuevo. Pues oye, como que me gustó tanto, que repetí algunas cucharadas más. Desde entonces, me volví una incondicional de esa salsita rara, como yo la llamaba. Me venía bien para utilizarlo sobre cualquier cosa, sobre todo con queso. Ha llovido mucho desde entonces, pero te aseguro que son de esos sabores que permanecen en la memoria.

                       

Donde vivo, con bastante población inglesa, hay gran facilidad para encontrar buenos Chutneys artesanales; pero lo que son las cosas, nunca se me había ocurrido hacerlo en casa.

El Verano pasado durante las vacaciones, me dediqué a entrar lo justo en la cocina, dándome el capricho de hacer muchas de las recetas guardadas en pendientes; pero que no son vitales para el día a día. Es decir, las que puedes utilizar para comidas festivas, picoteos o acompañamientos y sorprender gratamente al personal; pero no comida de batalla. Entre esas monerías estaba este chutney, que en las reuniones navideñas de este año, fueron un éxito rotundo. La pena es que solamente me queda un bote, que de momento está guardado como un tesoro.

               

         

750 grs Tomates Cherrys
2 Cebollas Rojas medianas
2 Manzanas
150 grs Vinagre de Vino Blanco
75 grs Azúcar de Abedul ó 75 de Azúcar Moreno
1/2 cta de Jengibre en polvo
1/2 cta Semillas de Alcarabea
3 Guindillas enteras {opcional}
1/2 cta Cominos Molidos
1/2 cta Semillas de cilantro
4 Clavos de olor
1/2 cta Cardamomo molido
1/2 Rama de Canela
1/2 cta Sal Marina

El Chutney es una salsa de origen Indio. Los británicos aprendieron a hacerla durante la época colonial, y la adaptaron a su gusto. Se popularizó en cuanto empezaron a fabricarla de forma industrial en el Reino Unido, a mediados del siglo XIX. Sin lugar a dudas, son los responsables de que haya cruzado fronteras. A día de hoy cuenta con verdaderos adeptos, entre las que me encuentro.

Ésta salsa~confitura, se compone de frutas, verduras, vinagre, azúcar y especias. Así que su sabor, es así: agridulce. Chutney en lengua hindi es Chatni y equivale a decir salsa. La cocción se hace a fuego bajo, para obtener una buena textura y un mejor aroma y sabor. Lo puedes envasar y conservar durante bastante tiempo como cualquier mermelada.
Sirve para acompañar carnes, pescados, patés, quesos y sandwiches . . .  o para que se lo coman a cucharadas, a menos que te descuides.

Te animo a hacerlo, merece la pena. Como todas las recetas tradicionales, se mantienen sobre unas bases, pero no hay reglas fijas: ajustas el picante, el dulzor y las especias a tu gusto. Después de probar cantidades, ésta es la que más se ajusta a lo que estaba buscando.

No hará falta que te explique, lo feliz que puedes hacer a alguien con un bote de regalo
¿verdad?






- Lavamos bien los tomates y eliminamos los rabitos. Los míos eran ecológicos y caseros.
- En un caldero amplio, ponemos los tomates junto a la cebolla, troceada pequeña.


- Añadimos también las manzanas troceadas en cubos.
- Encendemos el fuego al máximo y sin dejar de mover, esperamos a que el conjunto empiece a soltar los jugos. 


- En una gasa pondremos las especias, y cerramos formando una muñequita.

- Cada vez tendremos más jugo en el caldero, es momento de introducir las especias.



- Agregamos seguidamente el vinagre y el azúcar.


- Y por último el jengibre, que al ser en polvo, no lo dejé con las otras especias.
- Bajamos el fuego (del 1 al 10, déjalo en 3) 
- Hay que mover de poco en poco, aprovechamos para aplastar los ingredientes en cada ocasión.         

- Casi al final de la cocción, rectificamos de sal. Tardaremos en hacer el chutney una hora más o menos.
- Retiramos las especias.


- Cuando se hayan evaporado los líquidos, y veamos que la preparación está melosa como una mermelada con tropezones, hemos terminado.


- Esterilizamos los botes, en mi caso, sin las arandelas metálicas, con el sistema de Chus
- Llenamos con el Chutney, cocemos quince minutos, sacamos los botes una vez fríos del agua y damos la vuelta que se haga el vacío.
     



- Es una receta de lo más sencilla, pero necesita su tiempo, para hacerla a fuego lento y que los sabores se amalgamen como deben.
- Con estas cantidades me han salido dos botes de 450 grs.
- Si no te molesta encontrarte las especias cuando lo estés comiendo, las puedes añadir sueltas, pues tras la prolongada cocción están blandas. Pero si me encuentro un clavo en la boca, me da un asquito que me muero, y prefiero hacerlo con muñequita.
- El Chutney se hace con azúcar moreno, pero si no quieres o no puedes tomar azúcar, lo sustituyes por tu edulcorante habitual sin ningún problema.
- Es mejor esperar unos días antes de consumirlo, mejora considerablemente el sabor.

                   

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Espero que seas feliz, o al menos, lo intentes.