18 de septiembre de 2017

Fougasse


"Hoy te traigo un pan vistoso, que además está, bien rico y delicioso"

Me aburro si todos los días hago el mismo pan. Necesito enfrascarme en nuevas recetas, técnicas, enrollados, formados, tiempos de espera, procesos de horneados; y probar migas, harinas y nuevos sabores.
Algunos en casa, piensan que si el pan que hago ya está rico ¿para qué cambiar? y otros creen que es divertido entrar en la cocina y abrir la panera con la curiosidad de ver, qué forma o sabor toca hoy.

Este pan procede de Francia, y más concretamente de La Provenza, donde se encuentran en cualquier tienda y se consume de forma habitual. Es un pan  semi plano, con una corteza crujiente y una miga llena de pequeños alveólos. Actualmente se incluyen frutos secos, semillas, aceitunas y hasta queso; el gusto del panadero y de con qué lo vayas a acompañar, será determinante a la hora de añadir las variantes. Personalmente recomiendo comerlo en el día.

Por lo que he leído sobre él, el pan fougasse servía antiguamente para comprobar la temperatura del horno de leña. Según el tiempo que tardaba en hacerse, daba idea del calor y de esa forma sabían si se podían hornear el resto de las piezas. A media mañana era costumbre, consumirlo por los aprendices de panaderos en la comida. 
Es la misma explicación, de cómo empezaron a hacerse las famosas Cocas de Forner de Cataluña, y que están tan ricas por cierto.

        


La primera vez que vi una fougasse, fue en una Tahona que abrieron cerca de casa. Era yo adolescente y ese Domingo mi madre me mandó a comprar el pan, dejándome elegir el que quisiera. Se me fueron los ojos detrás de este. Me cobraron un ojo de la cara y volví a casa sin apenas vuelta. Menuda cara se le quedó a la pobre.
Menos mal que por lo menos estaba rico, y no sobró ni una miga. Eso si, mi madre le dijo a todos, que la niña no volvía a la tahona.

No me digas que no es chula la forma que tiene ¿verdad que si? pues además te aseguro que si estás empezando a meterte en harinas, este es uno de los más fáciles y llamativos que puedes hacer. No pienses que lo digo por decir, ni porque me gusta tanto hacer pan que casi siempre digo lo mismo. Anímate, disfruta y lúcete con una pieza como esta en la mesa, va a volar.




(2  FOUGASSES)

PARA LA MASA:

250 grs Harina de trigo
30 grs Harina integral de trigo
175 grs  Agua mineral
150 grs Masa Vieja (opcional)
25 grs  Aceite Oliva Virgen Extra
  2 Cdas de Semillas variadas
5 grs Levadura seca de panadero

PARA LA TERMINACIÓN:

Aceite de oliva para pincelar
3 Cdas Sémola para formar las piezas
 Tomillo para espolvorear (opcional)
Semillas secas para espolvorear (opcional)
 






- Pondremos todos los ingredientes dentro de la cubeta.
- Seleccionamos el programa de amasado, aunque solamente vamos a amasar durante 5 minutos y dejamos reposar 10 minutos.
- Repetimos el paso anterior 2 veces más.
- Sacamos la masa de la cubeta, damos forma de bola y dejamos reposar una hora.
- Si haces la masa a mano, pon todos los ingredientes en un cuenco y amasa con los mismos tiempos y reposos. Seguir los mismos pasos a continuación.
 

- Pasado el tiempo de espera, dividimos la masa en dos partes.
- Esparcimos un poco de sémola sobre la encimera y desgasificamos con las manos a la vez que la aplanamos. Si no tienes sémola, haz lo mismo utilizando harina.
- Terminamos ayudándonos del rodillo para darle forma de rectangular o triangular . Hice una de cada. No tienen que ser perfectos, pues es un pan rústico.
 
- Tenemos que dejar la masa como de un centímetro de grosor. La pasamos de la encimera a una hoja de papel de horno (después de hacerle los cortes es mucho más difícil).
- Le hacemos los característicos cortes profundos. Uno será central y después tres oblícuos a cada lado, en total son seis. Con los dedos los abrimos bien para que tras el horneado, se mantengan y sean visibles.
- Pincelar la superficie con aceite y espolvorear las semillas elegidas y las hierbas.

- Te dejo abajo la otra fougasse que hice con forma rectángular. 
- En el suelo del horno pondremos un recipiente vacío, apto para horno, para que vaya calentando.
- Precalentamos el horno a 250º y en el momento de hornear el pan, bajamos a 210º, calor arriba y abajo. 
- Dejamos caer un vaso de agua en el recipiente que habíamos dejado en el fondo, para que genere vapor y la corteza resulte más crujiente.
- Con veinte minutos será suficiente.
- Dejar enfríar sobre una rejilla.




¡¡¡ Listo !!!



Eso es todo por hoy. nos vemos en unos días.
Hasta entonces espero que seas feliz.