3 de abril de 2017

Pan de Molde Semiintegral con Semillas



El pan integral cada día se consume más.

Particularmente me encanta y lo combino con el blanco según la ocasión. Actualmente la oferta en el mercado es amplia, y aunque el de harina de trigo integral sigue siendo el más demandado, la variedad de harinas que encontramos facilmente, nos invita a experimentar y probar nuevas texturas y sabores. Entraron con fuerza la harina de avena y centeno; anteriormente la de espelta, que para esto del pan también hay modas.

Recuerdo que en casa no se compró un pan integral hasta que ya fui mayor.Y llegó por prescripción médica, de otra forma dudo que lo hubieran hecho nunca. A partir de entonces siempre había un pan de esta clase, en la bolsa de tela colgada tras la puerta de la cocina. Y es que las piezas integrales por las que suspiramos algunas, no tuvieron muy buena prensa entre la generación de nuestros abuelos. El motivo para rechazarlo firmemente se remonta a  la época de la posguerra. Cuando volvió a popularizarse, corrían los años 80.



Hoy en día, lo comemos por salud, porque lo disfrutamos de verdad o una combinación de ambos. Añadiendo o quitando especias, semillas, verduras, encurtidos y hasta embutidos, las posiblidades son incontables y la sencillez en su preparación; solo una  buena excusa para hacerlo casero. Tengo comprobado que a las personas mayores, si le pones cerca un pan integral, rememoran esa parte de su vida, cuando no podían elegir otro y tenían que comerlo si o si. Y cuando en la mesa haya pan de distintas clases, elegirán el blanco sin ninguna duda.

El de molde es el pan más fácil, no tienes que preocuparte por dar forma ni greñar, el mismo molde se encarga de eso. Si me apuras; la única dificultad puede ser dar con una buena receta para que quede esponjoso, sabroso e increíblemente jugoso. Y esa es la fórmula que te traigo hoy, a la que he llegado tras muchos horneados y ajustes de ingredientes.

Si mi conoces, y crees que no exagero, te pido que lo hagas, vas a quedar encantada.
Es el pan de molde integral más rico que he hecho con diferencia y de momento mi preferido.

            
  
{Para un molde de 30 cms}
150 grs Leche entera
210 grs Agua mineral
35 grs Aceite de oliva suave o girasol
 20 Levadura fresca de panadero
375 grs Harina Integral de trigo
180 grs Harina blanca de trigo
10 grs Gluten
15 grs Sal marina
50 grs Semillas variadas para la masa
2 Cdas Semillas para rebozar

** Si utilizas la harina blanca de trigo de fuerza, no es necesario añadir el gluten. En ese caso, serán 190 grs de harina blanca lo que necesitarás**
** Las semillas las compro bio, son del herbolario: lino, sésamo, pipas y chía.
** El Gluten, también lo compro en el herbolario, el de la marca El Granero está bien y el 1/2 kg no supera los 2.85€.
             

           


- Pondremos los ingredientes en la cubeta de la panificadora, empezando por los líquidos, siguiendo con los secos y reservando las semillas para más tarde.
- Seleccionamos programa de amasado, que dura quince minutos.
- Cuando falten 5 minutos para finalizar, añadimos las semillas para que se mezclen bien.
- Dejamos reposar la masa media hora dentro de la cubeta. Es ligeramente pegajosa, pro si te enharinas las manos la manipulas con facilidad.
- Pasado el tiempo, sacamos la masa a la superficie de trabajo, y extendemos con un rodillo. No hace falta que presiones. No queremos desgasificarla totalmente ni dejarla fina.
- Enrollamos la masa y pellizcamos las juntas para que quede bien sellado el pan.
- Esa parte, la dejaremos en la parte de abajo para hornear.
- Pincelamos el pan ligeramente con agua y extendemos las semillas para rebozarlo. Suelo hacerlo sobre papel de horno.
- Lo haremos rodar por toda la superficie, incluyendo los laterales.
- Aquí, ya bien rebozado.
- Introducimos la masa en un molde alargado, que previamente habremos forrado con papel de horno.
- Esperamos hasta que doble volumen. Tardó casi dos horas.

- Encendemos el horno a 250º durante quince minutos. Pondremos un cuenco con agua en el fondo para que produzca vapor.
- Introducimos el pan, bajando la temperatura a 210º, en la segunda  posición desde abajo y con calor arriba y abajo. Dentro del horno, todavía crecerá algo más.
- En media hora estará listo. Deja 15 minutos antes de desmoldarlo y después lo pasas a una rejilla hasta su total enfriado.

Una vez totalmente frío, lo puedes cortar en rebanadas con un buen cuchillo de sierra.



            
   

 - La masa es un poco pegajosa, pero no añadas más harina, el pan quedará más jugoso así. Cuando la saques de la cubeta, enharínate las manos, podrás manejarla sin problemas.
- Espera unas cuantas horas antes de rebanarlo, si lo hago por la noche; lo porciono por la mañana. Si lo hago de mañana, espero a la noche para hacerlo.
- Para que no pierda jugosidad en el tiempo que esperas a cortarlo, una vez frío, introdúcelo en una bolsa de plástico.
- Congela perfectamente. Pongo las lonchas en una bandeja que quepa en el congelador y voy separándolas con papel film, hago varios pisos y una vez congeladas, las paso a una bolsa de plástico. De esa forma quedan rectas, sin dobleces ni roturas. Solo tienes que sacarlas media hora antes para que descongelen sobre una servilleta de papel, o hacerlo directamente en el tostador.
- Las semillas que se desprenden del pan cuando lo cortas, las puedes reunir y utilizarlas en las ensaladas. Aquí no se tira nada y tienen un sabor riquísimo.

         

  Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días. 
Espero que hasta entonces seas feliz.