En el norte de Lanzarote hay un pueblo precioso que se llama Haría, está enclavado en un valle que se le conoce como el de las mil palmeras, porque según la tradición, cada vez que nacía un bebé se plantaba una.
Todo esto para decir que los Sábados se celebra un mercado de artesanía dónde, como su nombre indica se encuentran productos elaborados de forma artesanal como quesos, pan, licores y mermeladas, entre otras muchas cosas. Pero como esto es un blog de cocina me centro en el tema. Y si alguna vez pasáis por allí, así como el que no quiere la cosa, estoy segura que os gustará.
Fue en este mercado donde probé mermeladas buenísimas, mezclas de frutos que hasta entonces no me hubiera imaginado, que ya iré dejando por aquí cuando las repita de nuevo y vayan pasando por la sesión fotográfica. Ideas, todas ellas, para hacerlas en casa, como ésta que traigo hoy: mermelada de higos.
Cuando he vuelto a ir a este mercado, ya no está la artesana que vendía estas magníficas mermeladas, en su lugar hay otro puesto con los mismos productos caseros, no las he probado, pero me imagino que también estarán buenas.
Con lo que me gustan los higos, nunca antes la había comido de este sabor.
La mermelada de higos es una delicia, la puedes combinar tanto con dulce como con salado. Acompaña estupendamente un buen queso majorero curado, blanco o a la plancha, las tartas de hojaldre o un yogur natural. Pero para mí, la mejor forma de tomarla, es sobre una tostada de pan casero con aceite de oliva virgen, el sabor dulce del higo se realza con el aceite de una forma espectacular, sublime.
Es sencilla, fácil, delicada y exquisita. Seguro que muchos la habréis comido, pero para los que no, os dejo la forma de hacerla.
NECESITAREMOS:
- 1 kilo de higos con piel.
- 1 limón, sólo el zumo.
- 300 grs. de azúcar blanca o morena.
- 100 ml. de agua.
- Un puñado de nueces picadas.
CÓMO HACERLA:
- Lavamos muy bien los higos en agua caliente. Le quitamos el rabito y los vamos troceando. No los pelamos.
- Añadimos todos los ingredientes en la cubeta de la panificadora y la programamos para mermelada.
- Al final del programa, si nos gustan los tropezones dejamos la mermelada con ellos, en caso contrario la batimos. Con esta fruta, me gusta batirla porque no le quitamos la piel y ya tiene sus pepitas, para mi gusto sería demasiado tropezón para comerla.
- En caso de hacerlo de forma tradicional, añadimos los ingredientes en una olla profunda, dejamos a fuego medio durante unos 45 minutos más o menos y cuando y moviendo de vez en cuando siempre con la cuchara de madera. Cuando veamos que está la fruta en el punto que se deshace con facilidad al presionarla con la cuchara, la batimos si queremos o apartamos del fuego. Seguimos los pasos siguientes:
- Vamos llenando con la mermelada hasta el mismo borde de los botes, que habremos esterilizado en el lavavajillas a temperatura alta o hervido en una olla durante unos 20 minutos.
- Cuando hayamos acabado de rellenar todos los botes, le damos la vuelta y los enfriamos en esta posición para que hagan el vacío. Cuando vayamos a consumirla oiremos el clásico cloc. Me gusta utilizar botes más bien pequeños, así podemos cambiar de sabores más a menudo sin tenerlos abiertos durante mucho tiempo.
- No llegará a alcanzar el espesor definitivo hasta que no esté fría.
- También puedes hervirlos al baño maría durante veinte minutos. Dejas los botes templar dentro de la olla y después les das la vuelta boca abajo. Tendrás mermelada durante todo el año.
**Hoy la he hecho sólo de higos porque no tenía nueces,pero si le añadimos 150 grs de nueces troceadas cuando la mermelada esté terminada de hacer, removemos bien para que se integre y rellenamos los botes os quedará una mermelada para mi gusto todavía más exquisita si cabe. Con el sabor a casamientos, como los llama mi madre en Navidad, cuando rellena los higos secos con nueces.
** Se denomina mermelada extra cuando tiene un 60% de fruta, y ésta llega y lo supera.
Lista para disfrutarla con lo que más nos guste.