Parece mentira que de un cactus salvaje que vemos separando lindes, acompañando tapias y al borde de muchas carreteras, podamos comernos un fruto tan rico.
Generalmente los compramos en el super y sin pelar. Pero esta vez he empezado por cogerlos de la tunera .Todo tiene su ciencia, y hasta llegar a no pincharme con las pequeñas púas han pasado muchos tunos por casa, pero hemos depurado la técnica de principio a fin.
Para recogerlos de la tunera, me ayudo de unas pinzas de barbacoa, con ella retuerzo el fruto que cae al suelo, una vez allí, lo mareo dándole vueltas sobre el suelo para que suelte las púas y lo voy metiendo en la bolsa. Ya en casa empezamos a pelárlos con mucho cuidado, pues siempre tienes la aprensión que te vas a clavar una púa al menos.
Ayer estuve cogiendo tunos y debo confesar que ha sido la primera vez que me he librado de las púas, así que además de la cantidad que cogí estoy doblemente feliz por este hecho.
Se sabe que el tuno vino de América, y para ser más exactos de México donde ya se consumía muchísimos siglos antes de la llegada de los descubridores. Allí aprovechan la planta entera, pues las hojas la consumen de mil formas diferentes y le llaman nopales. Desde luego nos sacan ventajas en antigüedad de conocimientos y aprovechamiento del mismo.
En la península, por la zona de Andalucía, se le conoce como higo chumbo y a la planta chumbera, y en la parte de Murcia se le dice higo de pala y a la planta palera. En las islas lo conocemos como tuneras y al fruto, tuno. Tanto nombre y al final el mismo fruto, así de rica es nuestra lengua.
Principalmente está compuesto de agua, tiene vitaminas y minerales, se ha utilizado para hacer jarabes para la tos, bajar la fiebre, nivelar el azúcar en sangre, la cistitis, los cálculos renales, para el escorbuto, y por supuesto para disfrutarlo como postre.
Simplemente hay que meterlo en la nevera para comerlo bien fresquito, partido en rodajas y con un poco de gofio por encima está buenísimo. Pero hoy lo vamos a hacer mermelada.
Si no lo has probado nunca, te animo a que lo hagas si tienes oportunidad, tiene un sabor delicado, claro que explicar a qué sabe una cosa cuando nunca se ha comido es difícil, pero ayer cuando comí el primero de la temporada si os digo la verdad, me recordó al sabor de la papaya.
Aquí en las islas hay también una variedad que se llama tuno indio, es rojo y muy rico, pero no tan común como el tuno normal.Hay gente que tiene la habilidad de abrirlos con la púa de la propia tunera, pero yo ahí no he llegado todavía.
Y ahora vamos al lío.
Necesitaremos:
- 850 grs de tunos pelados.
- 150 de plátano. La combinación del tuno y plátano está exquisita.
- 250 de azúcar blanca.
- Zumo de un limón.
- 3 hojas de gelatina, o cta de pectina o 2 ctas de agar-agar.
- 1 manzana sólo para cocerla, luego se retira.
- Pelamos los tunos* y el plátano y los aplastamos con el tenedor.
- Los ponemos junto con todos los ingredientes en una olla profunda.
- Encendemos el fuego, no muy fuerte, lo dejamos como hora y media, tiene bastante agua y necesita tiempo.
- Esterilizo mientras los botes, 20 minutos cociendo junto con sus respectivas tapaderas será suficiente.
- Una vez terminados de cocer,ponemos los botes boca abajo encima de papel de cocina.
- Una vez hecha la mermelada,la pasamos por la batidora si la queremos de textura fina, en caso contrario no haremos este paso. Yo la he batido.
- Pasamos la mermelada por un rallador fino así eliminaremos las pepitas de la fruta, que es bien dura.
- Una vez colada, la vamos metiendo en botes, hasta el mismo borde y los ponemos boca abajo hasta el día siguiente.
- La mermelada para llenar los botes debe estar hirviendo, de esta forma nos aseguramos que haga el vacío.
- Pasadas las 24 horas, ya la tenemos lista para consumir.
Ahora pondré un paso a paso de cómo pelo los tunos, espero que quede claro, los primeros cuestan un poco, pero en cuanto le pillas el truco es coser y cantar.
Empezamos:
- Ponemos el tuno en plato y lo pinchamos bien fuerte con el tenedor.
- Con un cuchillo muy afilado,le hacemos un corte por una de las puntas.
- Hacemos lo mismo con la punta contraria.
- Ahora hacemos otro corte a todo lo largo del tuno.
- Con el filo del cuchillo separamos con cuidado la piel del tuno,que es bastante gruesa y vamos rodando el tuno poco a poco para dejarlos sin piel.
- Cuando ya tenemos el tuno casi pelado,nos ayudamos de una cuchara,que con su curbatura nos facilita la operación final,sacar al tuno de la piel sin rozar con el plato,pues tendríamos que tirarlo por poder tener púas.
- Listo para comérlo.