13 de enero de 2014

Arroz Integral con Verduras y Pollo

         

Yo sé que esta receta es un clásico, y que en la mayoría de las casas se cocina habitualmente,
pero yo no la descubrí hasta que un buen día, una niña de mi cole me invitó a comer a su casa y por aquél entonces tendría yo unos once años.
     

Y es que en casa de mi madre sólo se comía arroz amarillo los domingos y siempre era de marisco, no sabéis lo que supuso para mí comer arroz con pollo, me pareció la cosa más rica del mundo.


Pero no creáis, que a partir de ese momento lo comí muchas más veces, en casa siguieron haciendo la Paella Dominguera, y el arroz con pollo jamás salió de aquellos fogones.
   
       
Así, que aunque este plato sea normal, clásico y muy de diario, a mí me encanta, y cuando tuve mi casa y mi cocina decidí que de allí si saldría en numerosas ocasiones un plato como éste de hoy.
Aunque evidentemente he ido haciendo pequeñas variaciones, con el tiempo.
Vamos con la receta, que es fácil y os va a gustar.

NECESITAREMOS: (para dos platos hermosos)
           


CÓMO LO HAREMOS:


  • Troceamos los pimientos y la calabaza. Rallamos la zanahoria  y las judías verdes las cocemos sólo un poco.
           

  • Ponemos el aceite en una olla más plana que honda, y sofreímos las verduras anteriores, menos las judías.
                         
  • Ponemos el arroz en remojo.
              
  • Trituramos el tomate, aunque en este caso es de bote.
                
  • Cuando las verduras están casi sofritas, le añadimos el tomate, el laurel, el perejil.
             
  • Troceamos los solomillos de pollo.
                 
  • Añadimos el pollo  y lo mareamos ligeramente.
            
  • Es el momento de colar el arroz y añadirlo al conjunto.
                                 
  • Ahora añadimos el agua y la cúrcuma y dejamos cocer veinte minutos hasta que el arroz esté listo, a fuego fuerte hasta que hierva y después lo dejamos a fuego medio-bajo hasta que termine de hacerse.
                                 

Pasados los veinte minutos probamos, y si está listo, lo quitamos del fuego y lo dejamos reposar cinco minutos más.
     

Ya podemos servirlo y disfrutarlo. Ya en el plato, con unas gotitas de limón, es como más me gusta.


         Hacía tiempo que no me comía un arroz con pollo tan rico como hoy. Porque la cocina siempre guarda ese misterio hasta el final, y el arroz es una prueba estupenda, de que aunque lo cocines siempre igual, el resultado varía en cada ocasión.


        Seguro que para muchos de vosotros también es uno de vuestros platos preferido.