La anterior receta dulce fueron unas tortas. La de hoy es bien diferente, y también se llama así.
Sin proponérmelo, he descubierto de un tiempo a esta parte, que las Tortas se hornean a lo largo y ancho de nuestra geografía, pero guardan diferencias en la composición y por consiguiente en el resultado final. Pretendo probar muchas de ellas. Así que esto va a tener más capítulos que una telenovela venezolana. Si, esas que todo el mundo niega ver; pero en mi caso es cierto . . . palabrita de la buena. No las miro ni con el rabillo del ojo, entre otras cosas porque no veo la tele.
Buscando algo de información sobre la Torta de Nata, te cuento que es muy popular en Vigo. Y la que más fama alcanza es la de una pastelería llamada La Imperial. Evidentemente, la receta original está guardada bajo siete llaves como la fórmula de los Donuts, y aunque no la he probado, te puedo asegurar que la que hice, está tremenda. Quiero repetirla pronto, pero me estoy conteniendo (Hay un michelín en ciernes que pretende instalarse cual okupa, y lo siento por él, pero conseguiré el desalojo sin dejar rastro).
Sin proponérmelo, he descubierto de un tiempo a esta parte, que las Tortas se hornean a lo largo y ancho de nuestra geografía, pero guardan diferencias en la composición y por consiguiente en el resultado final. Pretendo probar muchas de ellas. Así que esto va a tener más capítulos que una telenovela venezolana. Si, esas que todo el mundo niega ver; pero en mi caso es cierto . . . palabrita de la buena. No las miro ni con el rabillo del ojo, entre otras cosas porque no veo la tele.
Buscando algo de información sobre la Torta de Nata, te cuento que es muy popular en Vigo. Y la que más fama alcanza es la de una pastelería llamada La Imperial. Evidentemente, la receta original está guardada bajo siete llaves como la fórmula de los Donuts, y aunque no la he probado, te puedo asegurar que la que hice, está tremenda. Quiero repetirla pronto, pero me estoy conteniendo (Hay un michelín en ciernes que pretende instalarse cual okupa, y lo siento por él, pero conseguiré el desalojo sin dejar rastro).
Seguí la receta original al pie de la letra, en ingredientes y forma de hacerla. Pero dividiendo las cantidades por la mitad. Ya sabrás que sigo esa técnica si quiero probar platos por primera vez. No es que desconfíe del resultado, pero si de mi que soy de buen diente. De este modo evito tentaciones innecesarias, si se ha terminado, no hay donde ir a picotear. Quedó una medida estupenda y justo para acabarla el mismo día en una sobremesa entre seis personas.
La textura me recuerda mucho a los Bollitos de leche, peroooo la gracia absoluta de esta torta está en la capa que baña la superficie. Ay mi madre, qué cosa más rica !!!!
He cometido un fallo, en la elaboración. Tendría que haberla dejado más plana antes de entrar al horno, con un centímetro de groso hubiera tenido bastante. Porque en el horneado, subió más de lo que debía para parecerse a la original.
Y el segundo apunte: no utilizo azúcar blanca, sino de abedul y el comportamiento es diferente. No en sabor, que si no te lo digo, ni te enteras. Pero la terminación de la torta original es con abundante azúcar glas por encima y aunque pulvericé el azúcar de abedul, y la añadí con un colador por la superficie, veía que la capa de nata cocida, se la "chupaba" sin remilgos. Así que decidí dejarla como estaba, con esa crema a la vista y no seguir añadiendo más cantidad de azúcar, principalmente, porque las cosas empalagosas no van conmigo.
Sin más, vamos con la receta.
PARA LA MASA:
350 grs Harina de fuerza (175 grs + 35 grs Harina de fuerza)
175 grs Leche (55 grs Leche)
1 Huevo (1 Huevo)
45 grs Azúcar (23 grs Azúcar de abedul)
55 grs Mantequilla (28 grs Mantequilla)
25 grs Levadura fresca (13 grs Levadura fresca)
1 cta Sal (1/2 cta Sal Marina)
CREMA DE NATA:
200 ml Nata Líquida 35% Materia grasa (100 ml de nata para cocinar)
50 grs Azúcar (25 grs Azúcar de abedul)
DECORACIÓN:
3 Cdas Azúcar glass (1 Cda, aunque no lo parezca)
- En un cuenco, mezcla la harina, el azúcar y la sal.
- Añade la leche fría, el huevo previamente batido.
- Desmenuza la levadura y la añades también, mezcla todo bien.
- Vuelca la masa en la cubeta de la panificadora, y selecciona el programa de amasado que dura quince minutos.
- Amasa durante diez minutos, en los último cinco, añade la mantequilla. (Después de ese paso, tuve que añadir 35 grs más de harina, pues la masa estaba demasiado líquida. Al incluir el huevo entero como en la receta original, necesité adicionar esa harina para conseguir una masa manejable).
- Deja reposar hasta que doble volumen, en la misma cubeta por ejemplo. Más o menos una hora.
- Vuelca la masa sobre un papel sulfurizado, y forma una torta en forma de círculo de un centímetro de grosor. En realidad se estira bien con las manos, el rodillo lo utilicé para igualar el grosor por toda la torta. La mía era de 24 cms, tendría que haber llegado a los 26-28.
- Dejar fermentar de nuevo, unos 30 minutos.
- Mientras esperamos, mezcla la nata con el azúcar y cueces a fuego lento removiendo de vez en cuando. Te diría que el momento exacto de apartarla del fuego, es cuando ves que la nata cambia de color y se torna levemente amarillenta. Remueve de vez en cuando para evitar que se pegue y déjala enfriar. Aún espesará algo más mientras enfría.
- Fíjate en el espesor, parece leche condensada, y sabe igual.
- Hacemos unos orificios sobre la tarta fermentada, introduciendo las yemas de los dedos, hasta llegar al fondo de la torta. Ve dando vueltas, para que tengan un cierto orden.
- Mete la torta en el horno precalentado a 190º calor arriba y abajo con ventilador unos 15 minutos. (Al ser azúcar de abedul, la horneé a 170º durante veinte minutos)
- Cuando comience a dorarse la superficie, retírala del horno para que no se seque.
- Deja enfriar la torta ligeramente y empápala de nata cocida,
repetidas veces, hasta que hayas terminado toda la crema. Si los orificios se han cerrado, antes de bañarla, introduce por ejemplo el mango de una cuchara de madera y reabrelos para que absorba bien la crema.
- Espolvoreala
con el azúcar glas para terminar la presentación.
Muchas gracias mi querida Esther {El jardín de mis recetas}, por haber publicado esta maravilla, que se quedará en casa como receta habitual. Estoy segura que conocéis su blog, si no así, podéis ir sin perder el tiempo. Todo lo que en esos fogones gallegos se cuece, guisa y hornea está para repetir y ella; es para comérsela desde los pies. Cualquier día la secuestro y me la traigo a casa, no pediré ni rescate 😉
Mientras terminaba ayer de escribir la entrada, encontré otra receta de Torta de Nata que sabía que había visto hacía tiempo, pero no recordaba en qué blog había sido. La tenía guardada en mi lista de pendientes, pero como es kilométrica, cuesta localizar las recetas. El blog es de otra de mis galleguiñas preferidas, Chus, no dejes de verla, la receta esta garantizada, diferente y brutal. Hay que hacerla también . . . se me acumula el trabajo.
¡¡¡ Lista !!!
¿Te sirvo un trozo?
Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces, espero que seas feliz.