Pero como cada uno es libre de hacer en su cocina lo que le dé la gana, tunear como quiera o pueda y renombrar las cosas si le apetece, en casa se quedó con este nombre.
El asunto es que cuando hago ensalada siempre pregunto cuantos van a querer, y en todas las ocasiones, me responden con otra pregunta : - ¿ es la preferida? cuando digo que sí, empiezan a subir las manos.....y no sobra ni una pasa.
Os la dejo por si os animáis, antes de que venga empujando con fuerza el otoño, y apetecerá comer verduras pero calientes, no bien fresquita como en esta ocasión.
Los ingredientes son los que veis, bueno y unos palmitos que no sé donde se han metido, pero que están., y sin más rollo paso a contaros lo que lleva.
Necesitaremos: ( para 3 personas)
- Unas hojas de lechuga, esta es de orejas de burro.( 3 hojas por persona he puesto)
- Un aguacate que no esté demasiado maduro.
- Millo dulce de lata. (1/2 lata pequeña)
- Unos trozos de tronco de palmito.( 3 troncos grandecitos)
- Un puñado de pasas sin semillas.( las pasas eran de tipo moscatel, lo que te quepa en la mano cerrada.
- Un puñado de nueces troceadas groseramente.
- Un trozo de queso blanco, en este caso de cabra. (100 grs)
- Aceite virgen, vinagre de manzana y sal. Eso ya a gusto de cada uno.
- Lavamos la lechuga y la centrifugamos o la secamos bien antes de partirla.
- El aguacate lo partimos por la mitad con un cuchillo, para sacar más entera la pulpa siempre lo hago con una cuchara sopera, se adapta bien a la forma del aguacate y no se daña la pulpa.
- Troceamos el queso, que sean bien pequeños.
- Los troncos de palmitos los partimos en rodajas finas.
- El resto de los ingredientes los tendremos a mano para montar la ensalada.
- En la fuente, empezamos con la lechuga como fondo, seguimos con el queso y después todos los ingredientes reservados, los dejamos caer de forma caprichosa, el maíz para el final, que le aporta mucha alegría con ese color.
- Llevar a la nevera un rato antes tapada con papel film, así evitamos que se nos oxide.
- Lista para servir.
