Me atrevería a decir que es la Tarta de Manzana más sencilla del mundo,
y una de las más ricas también.
Como muchas de vosotras, soy una incondicional de las tartas que llevan ésta fruta. Fruta que nunca la tomo natural porque me resulta indigesta, pero en casa siempre la tengo en el frutero y no falta un día que la coma asada. Es mi postre preferido durante el invierno, y no me canso de ella así preparada.
El otro día, devolviendo una visita bloguera con mucha alegría a mi amiga Amparo,
que llevaba un tiempo desaparecida gracias a su recién estrenada maternidad, me encontré con esta ricura. Anteriormente la había visto en el blog de Esther, otra de mis queridas blogueras de cabecera, y formaba parte de mi eterna lista de pendientes, desde Septiembre que la publicó.
El hecho extraordinario es que siendo un día entre semana y contra toda las leyes no escritas, de "Los dulces son para los findes", me metí en la cocina y dividiendo cantidades la hice esa misma tarde. La idea era merendar con ella, pero lo cierto es que mientras esperaba que enfriase y darle el acabado final, llegó la hora de cenar. Así que me armé de buena voluntad: me até las manos, cosí la boca, la escondí guardé en un mueble; y dejé que descansara hasta el día siguiente.
Madre mía, qué cosa más rica !!!
Tanto que se terminó en la primera sentada, y esa misma tarde volví a hornear otra, también dividiendo cantidades. Que digo yo: ¿para qué tanto dividir si al final vas a comer lo mismo jomía? . . . pues eso quisiera saber.
Será por culpa del Pepito Grillo, que todas llevamos ahí en el hombro, desaconsejando los excesos previos. Y es que en fechas próximas, en cuanto llega la Semana Santa, me desato entre
Además, esta receta ha servido para demostrarme, que ciertamente muchas de las informaciones o datos que leemos quedan almacenados en la memoria, listos para ser utilizados en la primera ocasión que necesitemos. Resulta que la cuarta vez que hice la tarta {si, puedes pensar con toda la razón, que cuando me da por algo, me da} tenía las manzanas troceadas y todos los ingredientes preparados, dándome
cuenta en ese momento que no quedaban huevos en casa. No me corté y seguí haciendo la
receta sin ellos.
Hacía tiempo que había leído en un libro, que los veganos
sustituyen el puré de manzana por huevos ya que éste aporta dulzor,
humedad y también consistencia; había llegado el momento de comprobarlo de primera mano.
La
sorpresa es que tras dejarla enfriar desde la mañana hasta la tarde, el
resultado fue impresionante. Así que si eres vegana o conoces a alguien
con intolerancia a este ingrediente, te acabo de alegrar el día con esta receta.
Tiene
la textura del pudin, pero más liviano.
La
imagen de aquí abajo, es para que puedas ver el magnífico resultado.
Apreciarás que no hay diferencia con las anteriores imágenes que son con huevo, y porque te lo
estoy diciendo, ya que al comerla tampoco lo notas.
- 4 Huevos.
- 170 grs de mantequilla o margarina a temperatura ambiente.
- 1 Kilo de manzanas, más 2 para decorar.
- 8 Cucharadas de Azúcar de Abedúl ** {si utilizas azúcar blanca es la misma cantidad}.
- 8 Cucharadas de Leche.
- 8 Cucharadas de Harina.
- Brillo pastelero {hecho con azúcar de abedúl} o mermelada de albaricoque o melocotón {en mi caso mermelada de albaricoque casera con azúcar de abedúl}.
- 1/4 sobre de Levadura tipo Royal o polvos de hornear {solamente si eliminas los huevos de la receta, te lo explico más abajo}.
** El Azúcar de Abedúl, también conocido como Xilitol, tiene un IG bajo, entre otros beneficios lo pueden tomar las personas diabéticas.**
** Para que sea vegana, la leche de vaca se sustituye por la leche vegetal que acostumbres: soja, almendra, coco . . .
* Pelamos las manzanas, quitamos el corazón y partimos en trozos pequeños. Reservamos las dos manzanas para adornar sin pelar, para que no se oxiden.
* Precalentar el horno a 170º {por ser azúcar de abedúl} si utilizas azúcar blanca lo horneas a 180º.
* Forramos el fondo de un molde redondo, encamisamos los bordes {pincelar con mantequilla o aceite de girasol y espolvorear con harina, elimando el exceso}.
* Hornear durante 30 minutos {necesité 10 minutos más}. Pinchar para comprobar con un palillo, dejar hasta que salga limpio. Retirar del horno y desmoldar cuando esté templada.
* Enfríar sobre rejilla.
* Ponemos un minuto en el micro dos cucharadas de mermelada {la mía casera, con azúcar de abedúl} y pincelamos la tarta. O utilizamos brillo pastelero. Si pones la mermelada con la tarta recién sacada del horno, no hace falta mezclarla con agua y la puedes repartir con facilidad.
- La he repetido en cuatro ocasiones, en todas ellas con la mitad de los
ingredientes indicados y en un molde de 18 centímetros.
- La tercera vez quise probar cómo quedaría en
el microondas. El resultado fue estupendo. Unté ligeramente con aceite de girasol un molde redondo de cristal apto, la dejé cocer 10 minutos y no la saqué hasta que se enfrió.
La capa superior de las
láminas de manzana queda más blanca que en el horno convencional, pero
no importa, ya que después vamos a cubrirla con la mermelada o el
brillo pastelero.
Así que si sencilla es la ejecución de la tarta, encima
en el micro, ya la facilidad es máxima.
Ala ¡¡¡ a disfrutar !!!
Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces se feliz, o al menos, inténtalo.