Entre las diferentes historias del origen, cientos de recetas y la diversidad en su preparación, no sé si hubiera sido mejor no tener tanta información, porque como dijo Sócrates: " Sólo sé que no sé nada".
Fue la población judía, emigrada a Inglaterra la que llevó la receta, llegando a comercializarse en distintas panaderías. Posteriormente saltó a América del Norte, donde se popularizó hasta el día de hoy, contando con verdaderos adeptos.
Tenía gran curiosidad por hacerlos, pero el hecho de que iban cocidos y después horneados, me hacía pensar en un posible fracaso. Aunque ¿quien dijo miedo? total, si salía un churro incomible, siempre existía la posibilidad de que fuesen al cubo de la basura {a la chita callando, por supuesto} y aquí no ha pasado nada.
No sólo me han parecido fáciles, sino que me he divertido haciendo todos los pasos. Han quedado riquísimos, me he quitado esa espinita y oye, no sé si serán como los originales, pero en casa han sabido a poco y ya he hecho unas cuantas hornadas.
Los comí hace años en Inglaterra y no me acuerdo mucho de la textura, pero si de que me encantaron. El otro día desayuné en la calle con uno de mis hijos, y nos pedimos uno recién hecho. Relleno de salmón y queso crema, que nos supo a gloria.
Y aunque parezca pretencioso decirlo, los míos se le parecen bastante, eso si, ya puestos, éstos son mucho más grandotes e infinitamente más baratos.
Que hay que ver lo que te cobran por darte este tipo de caprichos de vez en cuando.
Y ahora, vamos al lío.
* Como todas las harinas no son iguales, habrá que ajustar la cantidad de agua, según se necesite. Pero ten en cuenta que es una masa hidratada.
- En la cubeta de la panificadora añadimos la masa vieja y la harina. Si no tienes masa vieja, no pasa nada, te saltas este punto.
- Añadimos la sal y el aceite.
- Seleccionamos programa amasado {dura quince minutos}.
- En un vaso, añadimos la levadura y una poca agua templada
- Movemos hasta disolver bien.
- Añadimos el agua templada a la cubeta.
- Agregamos la levadura en los últimos cinco minutos de amasado.
- Una vez terminado, dejamos reposar una media hora.
- La masa es algo pegajosa, pero no añadas más harina, el resultado final de la miga, será maravilloso.
- Separamos las porciones, las mías de 100 grs cada una.
- Dejamos los pliegues por la parte de abajo y damos forma de bola.
- Como puedes ver, sigue siendo una masa ligeramente pegajosa tras el levado. Pero se deja trabajar.
- Una vez todas formadas, a reposar durante una hora, tapadas con un paño humedecido en agua.
- Tras el reposo, vemos cómo han crecido de tamaño.
- Con un palo de madera {de una cuchara de cocina} vamos haciendo el agujero central, después nos ayudaremos con el dedo índice para ir agrandándolo poco a poco. Puedes hacer el orificio directamente con el dedo, pero a mí me resulta más fácil de esta forma.
- Si ves que se deshinchan, no importa, cuando los lleves al horno recuperarán la tersura.
- Dejaremos un gran hueco central, que todavía tienen que levar un rato y si lo hacemos pequeño, se puede llegar a cerrar.
- Hecho este proceso, forramos la bandeja del horno con papel de hornear, y dejamos los Bagels, así formados.
- Tapamos de nuevo con el paño húmedo y dejaremos levar hasta que crezcan {me llevó cuarenta y cinco minutos}.
- Pondremos un caldero con agua a cocer, añadimos el bicarbonato.
- Cuando rompa a hervir, bajamos un poco el fuego y sin que borbotonee el agua, introducimos el Bagel. Calculamos un minuto por cada lado.
- Sacamos los bagels y dejamos templar sobre una rejilla.
- Son fáciles de manipular, pues tras haber hervido, crean una capa externa algo dura.
- Cuando hayamos terminado con todos, esperamos que estén templados y pintamos con huevo.
- Pondremos las semillas elegidas en un plato hondo, cogemos los bagels uno a uno con cuidado y por la parte pintada con huevo, lo impregnamos bien con ellas. Podemos presionar un poco, tienen suficiente consistencia y no se deforman.
- Templaditos están perfectos y si quedan fríos los tuestas y tan ricos de nuevo.
Admite infinidad de rellenos, así que tienes por delante un gran dilema, decidir cómo los vas a tomar.
La imagen de arriba es del desayuno del Sábado, tostados con mantequilla y coulis de arándanos, y en la de abajo estaban recién horneados. Relleno salado: jamón dulce, queso, mayonesa, pepinillos, lechuga y tomate.
¿Te has decidido ya?
Nos vemos en unos días, hasta entonces que seas feliz o al menos, inténtalo.
Fuente de la receta: El festín de Marga. Cuando quiero hacer una receta americana, siempre recurro a ella, nunca falla. De las tres recetas que he probado antes de publicar este pan, es la que más me ha gustado con diferencia.