Lo mío con la Horchata viene desde niña. Lo de los Fartons, son de novedosa incorporación, porque no los conocí hasta hace algunos años.
En la ciudad donde nací, había una heladería fundada por un señor de Jijona, que tenía según el veredicto de toda mi familia, los mejores Helados, Leche Merengada y Horchata de todas las heladerías de la zona.
Y creedme si os digo, que a catadores de helados, poca gente podía ganarnos.
Hoy en día, donde todo se moderniza, estandariza y globaliza, estas cosas gustan.
Hace unos veranos inauguraron en la isla una heladería de Jijona, anunciada a bombo y platillo hasta la saciedad y hartazgo diría yo. Allí que nos presentamos en tropel.
Mi señora madre fue la única de todos nosotros que acertó de pleno, porque su Helado de Turrón estaba francamente rico, pero la Horchata . . . aaaayyyy qué malita estaba.
Si es que no me la tenían que haber servido ¿Donde se ha visto, que te den una horchata calenturria?
Menuda espina se me quedó clavada, hasta el fondo y con dolor.
Pero hace unos meses descubrí por purita casualidad, una tienda donde venden las chufas secas. Y bueno, tanto entusiasmo me embargó, que tuve que contener mi brazo para no arrasar con todos los paquetes expuestos { el precio que tenían también me detuvo un poco, para qué vamos a engañarnos}
Desde entonces, ya han caído unos cuantos litros en casa. He ganado en calidad, y en sabor ya ni te cuento.
Para acompañar, remojar y dejar esponjar, nada mejor que unos ricos Fartons Caseros.
Ya sé que el horno en verano no apetece encenderlo, pero si hago pan a diario ¿qué son para mí unas bandejas de Fartons? pecata minuta. Es que ni me entero.
Ahora, vamos al lío.
Tanto las Horchatas industriales como las de algunas heladerías, me resultan extremadamente dulces.
Las recetas que he visto por la red, incluyen una ingente cantidad de azúcar, y según mi gusto, no hace falta tanta.
La Chufa Valenciana es dulce de por si. Así que yo os aconsejo que mientras la estéis haciendo, la probéis. Esta cantidad es la que nos parece perfecta a nosotros, pero claro, cada uno tiene su gusto.
* Pondremos las chufas en un cuenco profundo cubiertas de agua. Y las dejaremos hasta que estén bien hidratadas. Algunas tardan más y otras menos, las mías han estado 48 horas. Lo sabremos porque se hinchan y quedan casi lisas.
* En ese tiempo les cambié el agua unas tres veces, y las mantuve dentro del frigo, pues al ser verano, pensaba que podrían fermentar.
* Una vez hidratadas, las lavamos, y llevamos a la batidora con parte del agua que emplearemos, las dejamos bien batidas. El agua que vamos a utilizar tiene que estar muy, pero que muy fría. {Ese color amarillento de la tercera y cuarta foto, es por efecto del flash de la cámara, lo siento pero se hizo de noche, las otras tienen el color de la luz natural}.
* Pasamos el líquido resultante por un colador de tela, escurriendo bien para sacar toda la esencia.
* Volcamos en el vaso de la batidora la chufa que acabamos de batir, añadimos el resto del agua y repetimos la misma operación. Colamos de nuevo.
* Endulzamos al gusto y dejamos en la nevera un rato, o en el congelador si la quieres tomar antes.
* Cuando la vayamos a servir, tendremos que remover, pues el poso suele irse al fondo.
Y ahora vamos a hacer los Fartons
* Si la hacemos en la panificadora pondremos todos los ingredientes en la cubeta, y seleccionamos programa de amasado que dura quince minutos, yo hice la masa así.
* Dejamos la bola reposando una media hora, para que relaje el gluten y podamos trabajar la masa cómodamente.
* Separamos porciones entre 50 y 60 grs. Nos saldrán unas veinte o veintidós piezas.
* Aplanamos con el rodillo y enrollamos cada porción sobre sí misma como si fuese un cigarro, ya tenemos formados los Fartons, colocamos sobre una bandeja de horno y dejamos que doble volumen.
* Encendemos el horno a 200º y precalentamos durante quince minutos. En el momento de hornearlos bajamos a 180 y dejamos entre doce o quince minutos para que se cuezan, posición media y calor arriba y abajo.
* Si tenéis que hacer una segunda hornada, como yo, tened en cuenta que el horno está más caliente y con diez minutos será suficiente. Si se hornean demasiado, resultan algo secos.
* Sacamos, dejamos enfriar sobre rejilla.
* En un cazo vamos a preparar el glaseado. Para ello pondremos el agua y el azúcar al fuego, sin que llegue a punto de ebullición, y sin dejar de mover, veremos que el azúcar se ha disuelto. Apartamos del fuego, ya lo tenemos listo.
* Una vez templados los Fartons, los pincelamos con nuestro glaseado y al enfriarse, listos para mojar o comerlos tal cual, que también están estupendos.
Una forma perfecta de merendar o tomar algo dulce y fresco en esas jornadas de calor. Que aunque el Otoño empiece oficialmente mañana, estoy segura que todavía quedan muchos días para tomarlos, que el calor no entiende de fechas oficiales.
Y eso es todo amigos, hasta la próxima entrada, sean felices o al menos, inténtenlo.
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