Os confieso que he estado asilvestrada {término que en casa se utiliza para definir al estado veraniego de no tener horarios, ni rutinas y SI mucho tiempo para no hacer nada}.
Pero tranquilos, que todo vuelve a la normalidad y me encuentro de nuevo en el buen camino: madrugones, horarios inflexibles, servicio de taxi los findes, comidas más formales, repasar deberes, ponerse en plan sargento bigotudo de vez en cuando.....un asquito, para qué negarlo.
Los humanos somos así, nos gusta estirar el chicle de las buenas cosas al máximo, y eso es lo que he hecho, también con el blog, quizás he remoloneado un poco, pero aquí estoy.
Como es la primera entrada después de estos meses de verano {aunque yo siga disfrutando de buen tiempo y la playa, lo siento, pero algunas veces a mi parte más perversa le gusta dar envidia cochina } traigo receta doble y riquísima, para que no cuchicheéis a mis espaldas, y me pongáis verde por estar tan perdida :)
Me alegro muchísimo de volver a veros, y de que haya muchas nuevas caras por aquí, empezamos otra temporada entre fogones que es lo que nos gusta, y estoy segura que será tan estupenda o más que la anterior.
Y ahora, vamos al lío.
Evidentemente, como ocurre con las recetas tradicionales, cada uno añade o quita según su gusto o costumbre regional, en la preparación de la masa.
Hace unos años que preparo las arepas en casa, al principio las comíamos siempre fritas, que es como las había conocido en las areperas. Pero con el tiempo descubrí que se pueden cocinar asadas, y ahora son mis preferidas.
Normalmente las comemos una vez a la semana, en casa unos las prefieren fritas, y otros asadas.
Si no has utilizado nunca la harina de maíz precocida, te puede sorprender su textura. Es una harina muy fácil de trabajar y muy limpia, al contrario de la de trigo, con ésta no manchas absolutamente nada.
Pero tengo que confesar, que la primera vez que intenté hacerlas, terminó toda la masa en la basura, pues creía que había salido mal.
Normalmente se hace a ojímetro, pero evidentemente para una receta, cuantos más detalles se indiquen, más fácil nos parecerá.
Ahora, vamos a hacerlas, veréis qué bien os van a salir.
He utilizado la medida estándar de tazas.
Como todas las recetas tradicionales, existen tantas versiones de arepas como imaginación.
- En un cuenco amplio, ponemos el agua caliente y añadimos la sal.
- Agregamos el aceite de girasol.
- Llega el turno de la harina de maíz.
- Podemos empezar a mover la mezcla con una cuchara, cuando veamos que está bien mezclada, la dejamos reposar unos minutos {unos cinco serán suficientes}.
- Pasado este tiempo, movemos la masa y trabajamos con las manos. Si está dura, rectificamos con un poco de agua, poco a poco.
- Nos lavamos las manos, humedecemos las palmas con agua, y vamos cogiendo porciones del mismo tamaño (125 grs). La bola que vemos en la foto, la pasamos de palma a palma y la dejamos aplanada, con forma de arepa.
Cuando tengamos todas las arepas formadas, las vamos dejando en una plancha caliente, durante diez minutos por cada lado a fuego medio-bajo o hasta que veamos que se han tostado levemente, como se puede apreciar en las imágenes. No tengas prisa, en este paso, se crea una costra y la arepa se deja dar la vuelta sin ningún problema, utiliza una paleta bien plana para este fin.
Al quitarlas de la plancha, ya están listas para abrirlas y rellenarlas.
Pero hay a quien le gusta más tostadas, como a mi hija, así que encendemos el horno mientras las estamos tostando y una vez fuera de la plancha las dejamos en el horno a 200º, altura media durante quince minutos. Veremos que las arepas se ahuecan, es el momento de retirarlas, y listas para rellenar. Os aconsejo un cuchillo de punta fina y que sea de sierra, es más fácil de esta forma.
Se sirven bien calientes. Podemos llevar todos los ingredientes a la mesa y ya cada uno la puede terminar de montar en su plato.
Ni que decir tiene que existen tantos rellenos como ingredientes se nos ocurran. Igual nos las podemos comer sólo con mantequilla, que con queso y jamón, carne desmechada, la famosa reina pepiada {aguacate, mayonesa y pollo}, yo en esta ocasión he hecho pollo desmechado.
Me faltó el queso blanco molido, pero no tenía, así que utilicé queso tipo gouda.
Cuando utilizo el queso blanco como parte del relleno de las arepas, compro tres días antes un buen trozo, lo envuelvo en papel de cocina y lo llevo a la nevera. Voy cambiando el papel dos o tres veces al día, según veamos el papel mojado, el queso está eliminando el suero. Al tercer día, el queso blanco tiene una mayor consistencia, está más curado y riquísimo.( Utilizo el mismo proceso para el queso que utilizo en los Tequeños).
En Colombia, a esta forma de preparar la carne, se le llama Carne Desmechada que significa desmenuzar en hebras la carne, en Venezuela se le llama Carne Mechada. Y en México le dicen Carne Deshebrada.
Aunque mechar en la cocina española, lo entendamos por introducir jamón, huevo, tocino, pimientos, ciruelas, ajo y perejil.... {y muchos más ingredientes a gusto del cocinero y los comensales, claro} en una pieza de carne antes de cocinarlo con el fin de aportar grasa y sabor. Yo he adoptado el vocablo colombiano para no llamar a confusión con el nombre de la receta.
- Ponemos en una olla un fondo de aceite de oliva, las zanahorias cortadas en rodajas gruesas, 1/4 de cebolla cortada groseramente, la guindilla, 1/2 pimiento en trozos grandes, las especias y la sal. Añadimos las pechugas enteras y añadimos agua, sin que llegue a cubrir.
- Dejamos que cueza bien la pechuga.
- Cuando veamos que está blanda, la sacamos de la olla.
- Con ayuda de dos tenedores desmechamos las pechugas.
- Cuando terminemos de desmecharlas, las reservamos.
- Al mismo tiempo que la pechuga se está haciendo, cortamos el resto de las verduras en trozos pequeños.
- Ponemos un fondo de aceite en una olla y añadimos las verduras, las dejamos hacer a fuego medio.
- Cuando la cebolla esté transparente le añadimos el tomate triturado.
- Dejamos hacer el sofrito, hasta que alcance el punto que nos gusta.
- La zanahoria que habíamos utilizado para cocer las pechugas, las sacamos y ponemos en un plato.
- Las aplastamos con un tenedor groseramente, no la queremos hecha una papilla.
- Cuando la hayamos aplastado, la reservamos para el relleno.
- En la misma olla donde hemos hecho el refrito, vamos a ir añadiendo el resto de los ingredientes del relleno.
- Primero añadimos la zanahoria que acabamos de aplastar.
- Ahora le toca el turno al caldo que nos ha quedado de cocer las pechugas.
- Añadimos la pechuga desmechada.
- Removemos bien el conjunto, dejamos cocer unos veinte minutos destapado, para que se vaya evaporando el caldo y ya tenemos nuestro relleno listo para rellenar las arepas. Tiene que quedar seco, si vemos que nos queda pasado este tiempo con demasiado caldo, lo dejamos reposar sobre un colador antes de rellenar las arepas.
Os aseguro que son todo una delicia.
*RECETAS RELACIONADAS:
AREPAS FRITAS
CARNE DESMECHADA
TEQUEÑOS & SALSA GUASACACA