La receta de hoy es un básico de la pastelería: La Nata Montada.
En la mayoría de las ocasiones, a los que nos gusta la cocina, cometemos un error. Damos por sentado que todos sabemos hacer de todo. Y no es cierto, lo que para nosotros es algo constante en la cocina, a alguien le puede parecer un mundo.
Y este pasado Verano, una seguidora habitual, me envió un correo en el que me explicaba que estaba haciendo sus primeros pinitos en la cocina. Y que lo de montar la nata había sido un fracaso en las dos ocasiones que lo había intentado. Me pedía todos los trucos para conseguirlo y a ser posible, una entrada explicando cómo hacerlo para que saliera bien. El segundo punto interesante, es que ella no contaba con ningún tipo de aparatejo eléctrico para poder hacerlo. Ya le contesté al correo, no la iba a tener esperando tanto tiempo a Marta, pero la entrada la dejé a la espera de tenerla organizada para hacerla hoy.
Y este pasado Verano, una seguidora habitual, me envió un correo en el que me explicaba que estaba haciendo sus primeros pinitos en la cocina. Y que lo de montar la nata había sido un fracaso en las dos ocasiones que lo había intentado. Me pedía todos los trucos para conseguirlo y a ser posible, una entrada explicando cómo hacerlo para que saliera bien. El segundo punto interesante, es que ella no contaba con ningún tipo de aparatejo eléctrico para poder hacerlo. Ya le contesté al correo, no la iba a tener esperando tanto tiempo a Marta, pero la entrada la dejé a la espera de tenerla organizada para hacerla hoy.
Y aquí estoy, a punto de explicar cómo lo hago yo. Porque para llegar a buen
puerto y que no se nos arruine la operación, es importante tener en
cuenta una serie de observaciones, que he ido aprendiendo con el tiempo {incluyendo algún fiasco}.
Lo que en realidad vamos a hacer, es una emulsión, y para ello se necesita: LÍQUIDO {en éste caso, la nata} GRASA {la que lleva la nata} AIRE {que vamos a introducir con las barillas}.
En los comercios podemos encontrar natas con distinta proporción de grasa, la mejor para montar es a partir de 35%. Las natas que suelen estar por debajo de ésta cantidad, nos dejaría una nata montada muy frágil, sin dureza ni cuerpo, y transcurrido algo de tiempo perdería textura y consistencia.
Os lo digo por experiencia, o ¿no habéis rellenado alguna vez un pastel, y al cabo de las pocas horas os encontrasteis agüita alrededor, arruinando el trabajo?
Os lo digo por experiencia, o ¿no habéis rellenado alguna vez un pastel, y al cabo de las pocas horas os encontrasteis agüita alrededor, arruinando el trabajo?
Vamos, recuerdo una vez que por abreviar, rellené un bizcocho con nata en spray comercial, y cuando volví a la cocina para llevarlo a la mesa, un poco más y me da un síncope. Esa nata multiplica por 400 el aire al salir, pero lleva poca grasa, y pierde la forma casi al instante si no la utilizas.
PUNTOS IMPORTANTES A TENER EN CUENTA:
- Todos los utensilios que vamos a utilizar para montar la nata tienen que estar bien fríos, y me refiero de verdad a frí-os, no fresquitos.
- La nata tiene que tener mínimo un 35% de grasa. Kalise y Puleva, comercializan una, que lleva un 35.1% y se nota bastante la dureza. El resultado final es una maravilla.
- Una media hora antes, dejaremos en el congelador la nata, y el cuenco donde la batiremos.
- Al endulzar la nata, lo haremos en dos veces.
- 1/2 litro de nata
- 80 grs de azúcar.
- 7 gramos de gelatina neutra en polvo {son los polvos de color que se ven en la foto de abajo, junto con el azúcar).
En el caso de utilizar la nata con una grasa superior a 35% no hace falta utilizar ningún tipo de estabilizante, como en éste caso añadí la gelatina porque tenía un brick abierto de otra receta que hice, y había que aprovecharla. Aquí no se tira nada.
Hay quien para estabilizar la nata utiliza maizena, azúcar glass comercial porque contiene almidón de maíz, queso tipo philadelfia, yogur blanco....
VAMOS A MONTAR LA NATA:
- En una olla ponemos hielo con agua, para mantener el frío mientras batimos la nata. {Si vives en un lugar frío, no te hará falta en invierno tomar estas medidas, pero en casa mi cocina suele oscilar entre 28-30º casi todo el año y así es imposible}. Si la montas con barillas eléctricas, que no es el caso de hoy, con dejarla en el congelador media hora, la montarás sin problema.
- Encima colocamos el cuenco donde la vamos a batir. Nos aseguraremos que el nivel del agua de la olla sea alto, para que el fondo del cuenco esté en contacto con el agua y el hielo y siga estando bien frío. Mejor utilizarlo metálico o de cristal.
- Sacamos la nata del congelador y empezamos a batir.
- Añadimos la mitad del azúcar.
- Al ser con barillas manuales, tardaremos más, pero también conseguiremos más volumen que si lo hacemos con barillas eléctricas.
- Poco a poco, iremos viendo que la nata va espesando. Si, ya sé que estaremos cansados de batir, pero tranquilos, queda menos. {reconozco que tuve que pedír ayuda a uno de mis hijos}
- Le añadiremos el resto del azúcar {como indico más arriba, añadí también la gelatina por ser la nata de 35% y querer que quede con una gran consistencia}
- Y seguiremos batiendo hasta obtener la textura deseada.
¡¡¡Ya tenemos la nata lista!!!
Si batimos más de la cuenta, se nos convertirá en mantequilla, evidentemente nos quedaremos sin nata, pero por otro lado, podemos disfrutar de una rica mantequilla casera. Hay que buscarle el lado bueno a las cosas ¿no os parece?
Resumiendo, para montar bien la nata, los dos puntos claves son: El Frío y La Grasa.
Y si quieres una TRUFA EXPRESS, sólo tienes que añadirle dos cucharadas soperas de cacao puro a la nata una vez montada, y ya la tienes lista para utilizar.
Os aseguro, que al día siguiente seguía con la misma consistencia, que
es lo que pretendemos cuando la queremos utilizar sobre todo en
rellenos.
Siento que la foto no esté más bien enfocada, pero creo que el brazo todavía se movía solo después de tanto batir.
Siento que la foto no esté más bien enfocada, pero creo que el brazo todavía se movía solo después de tanto batir.
Eso es todo por hoy. Nos vemos en unos días.
Y ya sabes, sé feliz o al menos, inténtalo.