Aquí en las Islas dudo que exista un plato más típico que las PAPAS ARRUGADAS. Es decir estas dos palabras y todo el mundo se apunta a dejar el plato limpio.
Sirven de entrante o de acompañante, por supuesto bien mojadas en su mojo una delicia donde las haya. { La receta del mojo, AQUÍ y AQUÍ }
Existe una cultura culinaria importante alrededor de este producto en Canarias, y es que desde que trajeron las papas del Nuevo Mundo, se fue introduciendo en nuestra alimentación y se quedó para siempre.
Actualmente contamos con una variedad que consiguió su Denominación de Origen Declarada, es la Papa Antigua, también conocida por Papa Bonita. Lo más llamativo de esta papa es que desciende directamente de las papas andinas, y sigue conservando siglos después muchas similitudes con las antiguas nativas. Principalmente ocurre este fenómeno por la fácil adaptación que tuvo al suelo y al clima de las islas.
Una de sus principales características es la sequedad de su "carne", así que al cocerla, se consigue que quede con cuerpo consistente y apretada.
Por supuesto, coceremos la papa que más nos guste, eligiendo las más pequeñas. De mis preferidas, están las de ojo de perdiz, pero no siempre las encuentro.
Hoy las hemos comido en casa de la variedad bonita blanca, y no ha sobrado ni una, pero vamos, suele ser lo habitual.
Son de tamaño pequeño, así que en dos bocados, están comidas.
NECESITAREMOS {para unas seis personas}
2 Kilos de Papas para arrugar
2 Puñados grandes de Sal Marina Gruesa (La fina no sirve)
Agua, la suficiente para no cubrirlas
Modo de hacerlas:
- Lavamos las papas muy bien. Yo utilizo un cepillo suave para dejarles la piel limpia, pues no se pela para comerla. Un estropajo suave también puede servir.
- Ponemos un caldero con la sal marina gruesa. La medida de la sal es poner la palma de la mano en forma de cuenco y llenarla de sal marina.
- Movemos el caldero para que la sal se distribuya por todas las papas.
- Añadimos el agua sin que llegue a cubrirlas del todo.
- Ponemos al fuego fuerte hasta que rompa a hervir el agua, en ese momento bajamos la fuerza y las cocemos a fuego medio bajo.
- Siempre las tapo para cocerlas y que se vayan arrugando.
- Comprobamos con un palillo que ya estén cocidas.Ojo, no deben pasarse.
- Destaparemos con cuidado, eliminamos el agua que quede en el caldero y nos quedamos con la sal y las papas que ya vemos cómo están arrugadas, pero necesitan secarse.
- Volvemos a poner de nuevo el caldero a fuego bajo pero sin tapar. De esta forma las papas se secan, la sal también y empiezan a coger ese tono blanco tan característico.
- No dejar de mover el caldero en círculos y de arriba a abajo, para que se sequen bien por todos lados y no se vayan a quemar. Esta operación tardará unos breves minutos. Ni se os ocurra mover las papas con una cuchara, todo el proceso es a base de movimientos.
- Ahora, las vamos sacando, ya que si las dejamos dentro, sudarán y estarán húmedas por la parte que estén rozando el fondo.
- Las iremos colocando sobre un paño o una fuente con papel de cocina si no las vamos a comer al momento, sin que se rocen unas con otras. Las tapamos con un paño.
- Listas para servir.
Espero que las prueben,están bien ricas.
** Les recomiendo la lectura de este artículo y también de éste otro. Aunque hay algunas contradiciones de uno a otro, son muy interesantes.