Se dice, que las cosas buenas hay que compartirlas con los demás,
y eso hago hoy con estos ricos pasteles.
Hace unos meses, recibí un libro de cocina griega. Tuve la suerte de ganarlo en un concurso y ciertamente, después de ver las preciosas fotos y ojear las más que apetitosas recetas, solamente puedo decirte que me encantó. La autora es una cocinera nacida y criada en Grecia llamada María Zannia. Actualmente vive en nuestro país impartiendo talleres, showcookings y por supuesto cocinando.
El libro no se limita a presentar la receta, explica de forma amena la historia de cada plato, y ese detalle siempre resulta más atractivo. No incluye el paso a paso, y en algunas recetas igual hubiera venido bien. Sobre todo en el apartado de las masas. Pero en general las explicaciones son claras y puedes llevar a cabo la ejecución de la receta sin mayor problema.
Como ejemplo, estos Cariocas, que más fáciles no pueden ser y más deliciosos y ricos, tampoco.
Xánthi o Xanthe es una ciudad situada en el norte de Grecia, en Macedonia oriental y Tracia. Por supuesto no había oído hablar de ella, y creo que a no ser que hayas viajado al país heleno, seguro que tú tampoco. Pero mira, entre las virtudes de la gastronomía, además de alegrarnos algunos sentidos, está la de enseñarnos otros países y hacernos recorrer medio mundo detrás de la receta que nos gustó.
La historia cuenta, que la cobertura de chocolate negro es el motivo por el que tienen este nombre tan exótico y relacionado con los habitantes de Río de Janeiro. Empezó siendo un dulce típico de la ciudad de Xánthi, y a día de hoy, unos noventa años después se consideran todo un clásico de la repostería griega que están presentes en la mayoría de las pastelerías. Por supuesto, la receta original sigue siendo un secreto requetebién guardado bajo siete llaves.
La que María Zannia nos enseña en su libro, la llevan haciendo en su familia desde hace dos generaciones, y oye los Cariocas originales no se cómo estarán, pero a estos habría que ponerles un piso.
Me llamó la atención de los Cariocas, que no llevan ningún tipo de grasa, huevos ni harina en la composición (amén del pan rallado). Y siguiendo mi intuición de "loca por el chocolate", fue la primera receta que hice del libro. Así que desde entonces, cada poco tiempo los preparo. Se conservan en el frigo y duran días en perfecto estado, por lo que los tienes a mano para darte un capricho u ofrecerlos a tus amigas en alguna tarde de café y charleta. Eso, si no llegan antes tus hijos y dejan el tuper donde los guardabas estratégicamente colocado, y va-cí-o . . . si yo te contara . . .
No necesitan horno, la mezcla la haces en cinco minutos al fuego, luego viene el tiempo de enfriado. Y por último el baño de chocolate. Pero la complicación, cero patatero. Si eres novata y te da miedo la repostería o no tienes tiempo, pero quieres algo dulce; lúcete a base de bien. Te dejo una receta perfecta, hazme caso que no exagero.
{12 Cariocas}
100 grs Azúcar (yo de Abedul)
200 ml Agua
1 Cda Cacao Puro
1 Pizco Canela molida
2 Cdas Coñac
100 grs Nueces picadas a tamaño mediano
80 grs Pan rallado (necesité 20 grs más)
250 grs Chocolate Negro para repostería
3 Gotas Aceite de Girasol
** Si utilizas azúcar blanca, son los mismos gramos**
- Ponemos una cacerola a fuego medio y echamos el agua, el azúcar, el cacao y la canela.
- Cuando rompa a hervir, retiramos del fuego y añadimos el coñac, las nueces y el pan rallado.
- Mezclamos bien con una cuchara hasta crear una masa desigual y compacta. Si la masa no está suficientemente consistente, agregamos algo más de pan rallado. En mi caso fueron necesarios 20 grs.
- Sobre una superficie plana, ponemos papel film y encima la masa, enrollamos como un caramelo, haciéndolo rodar y cerrando bien los extremos. Llevamos al frigo al menos una hora.
- Pasado este tiempo, sacamos la masa del frigo y cortamos discos de 1 centímetro de grosor.
-Derretimos el chocolate negro con el aceite de girasol al baño maría y bañamos los discos por las dos caras uno a uno. A medida que los sacaba del baño, alisé la superficie con un cuchillo para arrastrar el exceso de chocolate y que la capa no fuese gruesa.
-Dejamos enfriar colocándolos encima de una rejillla o papel de horno. Encima del papel de horno me gusta más porque no quedan marcas.
- Llevamos al frigo nuevamente hasta que el chocolate endurezca. Una media hora será suficiente.
Con esa capa exterior de chocolate crujiente y un relleno que asombrosamente parece un bizcocho con tropezones de nueces . . . te recomiendo que no dejes escapar esta receta.
Te vas a enamorar.
Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces espero, que seas feliz.