12 de marzo de 2018

Challah Bread, Pan Judío {Apto para Diabéticos}



Por cuestiones culturales y religiosas, no es este un pan familiar para mí.

Pero si que estoy acostumbrada a verlo en películas, documentales, libros y por supuesto en blogs de cocina. Curiosamente, y tras observar con detalle la receta de hoy, cumple una máxima que siempre he defendido, y es que los panes dulces con aceite, salen tremendamente ricos. Así que no voy a esforzarme más en explicar que los brioches que hago de un tiempo a esta parte, llevan aceite en vez de mantequilla, más bien creo que debo cambiarles el nombre y pensar que hago panes dulces.

Los Judíos tienen unas estrictas normas para la comida, además de los alimentos prohibidos que van mucho más allá del cerdo. Algunos de ellos no se pueden mezclar entre si, como los lácteos con la carne; y como la mantequilla es un derivado animal, se sustituye esta por aceite. Me da por pensar que las Tortas de Aceite tan extendidas por la geografía de nuestro país, bien podrían guardar una herencia Sefardí, aunque popularmente la autoría se le atribuye al legado árabe. Quizás sea una transmisión de las dos religiones, que convivieron durante siglos en nuestro país.
       


El Sabbath es el día sagrado para los judíos. Empieza el Viernes al atardecer y termina con las primeras tres estrellas del Sábado. Es una comida llena de simbologías.

El pan Challah se come en las festividades, tiene forma trenzada y no falta en el Sabbath y en el Rosh Hashanah, que es el año nuevo judío. En esta última fiesta tiene forma circular porque simboliza el deseo de una larga vida. Y el trenzado habitual del Challad, representa: La Verdad, La Justicia y La Paz. Las semillas que se le añaden en la superficie de sésamo o amapola, simbolizan el maná comido por los Israelitas durante del Éxodo de 40 años por el desierto después de la salida de Egipto.

Suelen prepararse dos panes, según la creencia, cuando caía el maná, un pan era para el Viernes, y el otro para el Sábado. Tras la bendición de los panes, se reparte lanzando los trozos a los comensales y no entregándolos en la mano. Hay dos explicaciones: la primera es que así se representa el modo en que caía el maná. Y la segunda es, porque cuando se está de duelo, esa semana se entrega comida en la mano a los amigos que lo están pasando, y ese gesto no se repite en Sabbath, que es día de alegría y descanso.

Lejos de los sentimientos religiosos o la falta de ellos, siempre me ha resultado interesante conocer las costumbres de otras religiones.

{2 Panes hermosos}
7grs Levadura seca de panadero (21 grs si es fresca)
1/4 Cta. de azúcar (yo de abedul)
150-175 grs Agua mineral templada
50 grs Aceite de oliva o girasol (yo de oliva)
3 Huevos M o 2 talla L
40 grs Azúcar (yo de abedul)
1/4 Cda. Sal marina
450 Harina de fuerza
Semillas de sésamo (opcional)
Pasas (opcional)

**En la receta original se doblan las cantidades**





- Mezclamos en un vaso la levadura, con el 1/4 cta. de azúcar (de abedul en mi caso).
- Añadimos 75 grs  agua templada y removemos.
- Agregamos 2 Cdas de harina (restándola del total de la harina de la receta) y removemos nuevamente.
- Reservamos hasta que veamos que burbujea.

-  En la cubeta de la panificadora añadimos el resto de la harina tamizada, los huevos, la sal, el aceite y la levadura.
- Seleccionamos el programa de amasado que dura quince minutos.
- Cuando veamos que los ingredientes empiezan a estar mezclados, añadimos la mezcla de la levadura.
- Vigilamos durante todo el proceso por si necesitamos añadir algo más de agua. Al final necesité los 175 grs indicados en la receta.
- La masa es hidratada y ligeramente pegajosa.
- Terminado el programa dejamos reposar la masa en la misma cubeta hasta doblar volumen. (2 horas en mi caso). Depende mucho de la temperatura ambiente.
-Pasado el tiempo, volcar la masa sobre la mesa de trabajo y desgasificarla.
-Partirla en dos trozos.
- Cada parte, la dividimos en cuatro trozos iguales.
- Hacer unas tiras largas del mismo tamaño con tres de ellas. Reservar la cuarta para después.
- Se trabaja facilmente rodándolas desde el centro hacia los extremos.
- Nuestra trenza será de tres cabos.
- El cuarto trozo reservado, lo dividimos nuevamente en tres pequeños trozos, con el que haremos una trenza mucho más delgada y más larga que la trenza ya formada.

- La trenza que acabamos de hacer, la colocamos encima de la otra, y los extremos los doblamos hacia dentro.
- Repetimos el proceso con la otra parte de masa para formar el segundo pan.
- Dejamos reposar sobre la bandeja del horno, fuera de corrientes y tapados con papel film o un paño, hasta que doble volumen (dos horas en mi caso). Dependerá de la temperatura ambiente.
- Una vez alcanzado el volumen deseado, pintamos con huevo batido, despacio sin prisa.
- Espolvoreamos sésamo por los dos panes.
- Precalentamos el horno a 180º durante quince minutos.
- Llevamos los panes al horno, a media altura, durante treinta minutos.
- Sacamos y enfriamos sobre rejilla.


  ¡¡¡ Listo !!!





- Hay por internet trenzas que se forman desde tres hasta diez o más cabos, como no se me da nada bien hacerlas más allá de la habitual de tres, utilicé el sistema que vi en un video del que no te dejo el enlace porque no encuentro. Consiste en superponer una trenza sobre otra, dando la sensación visual de ser un trabajo más complejo, cuando en realidad es la sencillez más absoluta.

- Es una pena no poderos transmitir la ternura y jugosidad de la miga, absolutamente maravillosa, un pan que os encantará si os decidís a hacerlo.

- No es muy dulce, así que lo puedes acompañar de lo que más gustes, nosotros lo tomamos para merendar. Unos con un hilo de aceite de oliva y jamón serrano; y otros con mermelada de uvas. Un éxito total.

Este Pan Challah lo hice siguiendo la receta de mi querida Eni {Eni´s Kitchen}. Hace ya unos años que nos conocimos gracias a los blogs, le tengo un especial cariño. Me encanta cómo cuenta historias de su país de origen y las pinceladas de su vida. Enternecedora, buena persona, vitalista, con carácter, inquieta, repostera inigualable, experta "macaronera" . . . y con un amor por las masas, los panes y los levados que compartimos incondicionalmente y no podemos evitar ¿verdad Eni?

Gracias por la receta mi niña, me ha encantado hacerla. También he disfrutado buscando información,  aprender y comprender todo lo que simboliza el Challad en la religión judía.

        

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces, espero que seas feliz.