Este año sólo he conseguido comprar cardos frescos en una ocasión, así que he tenido que optar por comprarlos envasados si quería repetir esta receta que tanto me gusta.
Tengo que reconocer que si eliges una marca de calidad, ya tienes la mitad del éxito asegurado.
Es de estos platos de toda la vida, bien conocidos desde los tiempos de mi abuela. Y por los ingredientes, estoy segura que debió ser al principio de puro aprovechamiento.
Quien de verdad los guisa para quitar el hipo, es mi madre. Así que yo me he limitado a hacer solamente las fotos en esta ocasión. Pero no me avisó a tiempo, y mira que le advertí que tenía que ser desde el principio, pero me dijo entre risas, que con los nervios escénicos, se le olvidó.
En fin mamá, te perdono, porque me has hecho disfrutar como una enana, pero para la próxima quiero hacer el paso a paso.
No a todo el mundo le gusta esta verdura, y para muchos es una gran desconocida, pero si tenéis ocasión de probarlos, os aseguro que formará parte de vuestra compra habitual y de vuestros platos gourmets, porque es una delicia.
Lo podéis servir como tapa, plato único acompañado de un huevo cuajado, o como acompañante de carne o pescado, es así de versátil.
Y ahora vamos a por los ingredientes.
NECESITAREMOS (para cuatro personas)
CÓMO LOS HAREMOS:
- Si son cardos naturales, les quitamos los hilos, troceamos y cocemos.
- Si son cardos de bote, eliminamos el agua, los lavamos y dejamos escurrir.
- Ponemos una olla de barro con el fondo cubierto de aceite, añadimos los tomates triturados y dejamos rehogar un poco.
- Añadimos el diente de ajo, el comino, la sal y el pimentón.
- En una sartén freímos el pan, el aceite no debe estar muy caliente, no queremos el pan muy oscuro, estropearía la salsa.
- Añadimos los cardos a la salsa del tomate y rehogamos a fuego muy bajo.
- En el vaso de la batidora, ponemos 3 rebanadas de pan, y añadimos agua hasta cubrirlas, si los cardos son naturales, el agua será la de la cocción de éstos.
- Batimos y añadimos a la olla donde se están haciendo los cardos, mover con cuidado y seguir a fuego bajo.
- En un plato, mojamos la última rebanada de pan y la aplastamos con el tenedor, la añadimos al resto del guiso.
Los cardos son las pencas de las alcachofas y el plato queda igualmente rico con las pencas de las acelgas.
El secreto de que salga tan bueno, según mi madre, es que se haga a fuego muy lento y en olla de barro, y yo me lo creo.
Y eso es todo, una verdadera delicia, que deberíais probar.