Creo que debe ser la tarta más copiada, la más repetida y una de las que más gusta.
Porque si no es así no tiene explicación que casi todo el mundo tenga la receta en casa, la haga y encima no sobre ni las migas. Desde luego no vengo a descubrir la pólvora, porque en casi todos los blogs de cocina hay alguna similar, pero como no la tenía subida y en casa gusta tanto aquí la dejo para tenerla a mano.
Porque si no es así no tiene explicación que casi todo el mundo tenga la receta en casa, la haga y encima no sobre ni las migas. Desde luego no vengo a descubrir la pólvora, porque en casi todos los blogs de cocina hay alguna similar, pero como no la tenía subida y en casa gusta tanto aquí la dejo para tenerla a mano.
No sé cuanto tiempo lleva siendo tan popular,la primera vez que la probé fue en un restaurante hace veinte y muchos años y en aquella ocasión llevaba cobertura de mermelada de piña. Ni que decir tiene que me encantó y creo que las veces posteriores que fuimos a comer al mismo sitio, lo hacía más incitada por la idea de repetir el postre que por otra cosa.
Un día hablando con unas amigas, una de ellas me dijo que esa tarta era super fácil de hacer y que ella tenía la receta, con los ojos como platos me quedé.
Con los años he ido haciendo algunas modificaciones, al principio recuerdo que las galletas las ponía al fondo del molde sin mantequilla ni nada, después todo ha ido evolucionando y un poquito de aquí y otro de allá y la experiencia, que es un grado, me ha llevado a quedarme con esta receta que de momento es la definitiva.
Está muy rica, siempre quedas bien cuando la presentas, le cambias el sabor según la cobertura que le pongas y queda muy lucida. Para mí seguirá siendo una de mis preferidas, pues nunca me canso de comerla.
A mi hijo el mayor, nada goloso, esta tarta lo vuelve loco y si os digo que ya ha hecho tres visitas a la nevera no exagero........y no era para beber agua precisamente.
A mi hijo el mayor, nada goloso, esta tarta lo vuelve loco y si os digo que ya ha hecho tres visitas a la nevera no exagero........y no era para beber agua precisamente.
Espero que os guste tanto como a nosotros, así la hago y así os lo cuento.
NECESITAREMOS PARA LA BASE DE GALLETAS:
- 180 grs de galletas. He utilizado de las María de toda la vida, pero con las de tipo Digestive queda también impresionante.
- 125 grs mantequilla derretida. Este paso es importante, porque si no la derretimos, aparte de que es difícil hacer la base, corremos más riesgo que se nos rompa la tarta al partirla.
- 400 grs de queso tipo Filadelfia.
- 500 grs de nata 35% grasa.
- 100 de azúcar.
- 2 sobre de cuajada.
- Ralladura de un limón. El límón le da un sabor especial, no lo dejéis de añadir.
- 400 grs de mermelada de lo que más nos guste, los sabores ácidos quedan mejor. He puesto mermelada casera de moras en esta ocasión.
- 2 hojas de gelatina.
- 100 ml de agua.
- Pon a calentar la mermelada y añade las hojas bien escurridas de agua.
- Mueve hasta que veas que la gelatina se ha disuelto bien y espera que temple un poco antes de volcar la cubierta sobre la tarta.
- Cuando esté totalmente fría, la tarta estará lista para servir.
- Molemos las galletas con un rodillo o robot de cocina.
- Derretimos la mantequilla y la añadimos a las galletas, mezclamos bien hasta conseguir una mezcla arenosa.
- Forramos el fondo de un molde desmontable con papel vegetal.
- Añadimos la mezlca de las galletas y presionamos bien para conseguir una base recta. Cuidado con los bordes, para que al desmoldar no queden feos.
- Llevamos al congelador hasta que hayamos hecho el relleno, así quedará dura y será fácil manipular para cambiar la tarta a la bandeja de presentación.
- Separa un poco de nata para disolver la cuajada. El resto de la nata ponla a calentar y añade la ralladura de limón para que vaya aromatizándola.
- Añade el azúcar y el queso. No dejes de mover hasta que se integre todo, a fuego bajo.
- En un cuenco disolvemos la cuajada con la nata que habíamos reservado. Movemos hasta que no haya grumos y sea una mezcla lisa.
- A la nata le añadimos la cuajada disuelta y seguimos moviendo.
- Dejaremos que la mezcla hierva unos minutos a fuego bajo, así nos aseguramos que la cuajada cumple su función y espesará devidamente.
- Esperamos unos minutos, para que no esté tan caliente antes de volcarla sobre la base de galletas.
- Para asegurarnos que no queda ningún grumo, pasaremos la mezcla por un colador.
- Ya sólo queda esperar que enfríe a temperatura ambiente, y la llevamos al frigo hasta que cuaje.
De un día para otro gana en sabor. Pero si tienes prisa, la puedes preparar por la mañana y la tendrás lista para la merienda.