" Ven a recogerme a L _ _ _ , y trae una bolsa grande, hielo y una nevera".
Como en ese momento estaba viendo un capítulo grabado de C.S.I, oyes esto, y piensas: " algo pasa " ¿ o no ? Este Horatio, me tiene enganchada y me despierta mi vena policiaca.
Al final resulta que la voz por lo visto no era de nervios, era rapidez para ahorrar teléfono. El que llamaba era mi hijo, y el motivo no era raro, sino para darme un alegrón.
Ala, caso resuelto y mira qué rapidito.
Por motivos de estudios, mi hijo está en contacto continuo con peces, y hace unos días, andaban haciendo unos cambios y reajustes con el material por ser final de curso, y me traía dos Doradas de regalo.
Dos lagrimones garbanceros de alegría, es lo que se me cayeron con la ilusión.
Las he disfrutado como no podéis haceros una idea, porque el pescado me encanta y al horno mucho más.
Pero no eran Doradas de ración como las que estamos acostumbradas a ver en las pescaderías, fijaros en la báscula y vereis.
Después de tanto lucubrar cómo las iba a cocinar, al final de lo más sencillo oye. Porque unos que no comen cebollas, los otros que no quieren ajos, total que con materia prima tan buena, tampoco hace falta tantos añadidos.
Pero ha quedado en su punto, que es lo importante y ha resultado un manjar.
NECESITAREMOS: ( para cinco personas con hambre )
Partimos de la base que ya las tenemos sin escamas, sin cabeza ni cola, y limpias por dentro y por fuera, aunque con las espinas, que me gusta quitarlas antes de emplatar. No os he puesto el paso a paso de esto, porque era imposible lidiar con el cuchillo y la cámara.
- Ponemos en la batidora el aceite, la sal y el perejil. Batimos.
- Extendemos las papas partidas en rodajas y las pincelamos con el batido anterior.
- Lavamos y cortamos los pimientos en tiras y colocamos encima de las papas.
- Ahora llega el turno del pescado, colocamos el pescado con la piel sobre las papas, pincelamos los lomos por dos veces, que quede bien impregnado.
- Le damos la vuelta y lo vamos a asar con la piel hacia afuera.
- Cortamos los tomates por la mitad y sin pelar, y los acomodamos en los huecos que queden libres. Una vez en el plato, la piel sale con una facilidad increible.
- El horno lo encendemos a 180º con calor arriba y abajo durante quince minutos antes de meter el pescado.
- Posición media y éste calculo, que me enseñaron hace años para el pescado, hará que nuestras Doradas, quede perfecta.
-b) Por los siguientees kilos se calcula diez minutos.
Como he utilizado dos kilos y medio de Dorada , tendría que estar perfecta en cuarenta y cinco minutos. Y exactamente así ha sido.
Sin más caldo, ni vino, ni aliños. Con los jugos del pescado y las verduras tiene suficiente.
Y aquí os dejo esta forma tan estupenda de comer pescado, al horno, sin apenas grasas, con verduras y en su punto de cocción para que no quede seco y correoso.
Espero que os haya gustado.