FUERZA DE VOLUNTAD:
" Capacidad humana para esforzarse lo necesario al hacer una cosa ".
Y fíjense ustedes, este verano me abordó la dosis necesaria de "fuerza de voluntad" para ponerme a dieta. Así a las bravas y desde mediados del mes de Julio.
Mientras, la familia sigue zampando helados, salmorejos, tartas, bocadillos, pan casero . . . No me estoy quejando, es mi decisión y estoy muy contenta, que en cuanto empecé a ver los resultados en este, mi cuerpo serrano; la mente y el ánimo no ha parado de crecer como la espuma.
Como ocurre cada vez que hago dieta, busco muchas alternativas y variedades para no aburrirme con los menús. Les aseguro que como divinamente. Podrán ver más abajo, que además de la ensalada de lechuga al agua, completé el almuerzo con una tortilla de calabacín y un trozo de melón. No es que antes me alimentase mal, ni mucho menos. Pero ultimamente llegaba cansada a casa, vamos como el 99,9% de ustedes y sin muchas ganas de meterme en la cocina.
Como ocurre cada vez que hago dieta, busco muchas alternativas y variedades para no aburrirme con los menús. Les aseguro que como divinamente. Podrán ver más abajo, que además de la ensalada de lechuga al agua, completé el almuerzo con una tortilla de calabacín y un trozo de melón. No es que antes me alimentase mal, ni mucho menos. Pero ultimamente llegaba cansada a casa, vamos como el 99,9% de ustedes y sin muchas ganas de meterme en la cocina.
Así que recurría a la rapidez del bocadillo o sandwich; y las redondeces se van haciendo visibles. El pan en cualquiera de sus versiones me pierde, hacerlo y comerlo, para qué negarlo. Ahora lo restrinjo y solamente lo tomo en el desayuno, casero e integral. Nada de cocinar con salsas, natas y mojar barcos de pan blanco . . .
También he dejado totalmente el azúcar, aunque sabrán que hace ya unos años la blanca dejé de consumirla y me pasé a la de abedul. Ahora, ni la una ni la otra. De momento las papas, el arroz y la pasta también las he abandonado. Pero no me ha costado tanto trabajo como parece, el pan repito, ha sido mi mayor renuncia.
Espero estar comiendo de esta forma, al menos un año, es el plazo que me he propuesto . . . confío en que no me flaqueen las fuerzas. Aunque tengo planeados algunos días especiales por acontecimientos familiares para tomármelos de libre albedrío. Hacerlo público y dejar constancia escrita en el blog, me da más ánimos si cabe.
Pero verán por aquí toda clase de recetas, los de casa siguen comiendo de todo y al fin y al cabo este es un blog de cocina.
Ahora, les dejo una ensalada familiar que me encanta desde niña. La hacía mi tía Isa para acompañar el pescado frito. Por sencilla y olvido, no había tenido todavía su espacio, y de verdad que es tan rica, saciante y fresca que me parece perfecta para dar la bienvenida a esta nueva temporada de cocina.
¡¡¡ Bienvenidas y gracias por seguir aquí.!!!
Se acabó oficialmente el Verano aunque se haga el remolón y tarde en dejarnos.
Pero sin duda, vamos abriendo nuevamente nuestras cocinas.
Pero sin duda, vamos abriendo nuevamente nuestras cocinas.
Por persona:
3 Hojas de Lechuga Iceberg cortadas en juliana
1 Diente de ajo
1/4 cta Pimentón de buena calidad. El mío, de la Vera.
2 Cdas de Aceite de Oliva Virgen
3 Cdas de Vinagre
Sal marina al gusto
Agua Mineral Helada.
** En casa siempre la hicieron con la variedad de lechuga Romanilla, pero hace años que no la encuentro en el mercado y la Iceberg, me gusta porque queda muy crujiente. Elige la que más te guste por supuesto**
- Cortamos la lechuga en juliana y reservamos en un cuenco.
- En la sartén añadimos las 2 Cucharadas de aceite y el diente de ajo laminado.
- Dejamos que se tueste ligeramente y apartamos del fuego.
- Añadimos el pimentón.
- Volcamos sobre la lechuga el ajo frito, con el aceite y el pimentón.
- Añadimos agua muy, muy fría y la sal. Removemos.
- Agregamos el vinagre y terminamos de añadir agua hasta que quede cubierta la lechuga.
¡¡¡ Lista !!!
Nos vemos en unos días, hasta entonces ya saben, sean felices !!!