Las arvejas frescas son una delicia, desde que empezamos el proceso de sacarlas de sus vainas, hasta que las llevas al plato, tienen una apariencia tan simpática que suele gustar a todo el mundo.
Uno de mis hijos, cuando era pequeño, fue malo para comer hasta decir basta, y un buen día descubrió las arvejas en una paella, desde entonces las quería comer a todas horas, siempre decía, en ese lenguaje que sólo sus más allegados somos capaces de descifrar : -" Yo quiedo peotitas dela chitititas" lo que traducido quiere significar : Yo quiero arvejas. Y dicho y hecho, todavía las sigue comiendo, ya no es pequeño, sino un tiarrón de pelo en pecho, pero no las reparte con nadie.
Este plato es muy típico de la cocina canaria, si le quitamos el jamón o la panceta, es una receta muy de Cuaresma, en casa gusta mucho y así las hemos comido hoy.
Ahora vamos al lío, que es un plato sencillo, económico y muy sabroso.
Necesitaremos : (para cuatro comensales)
- 1 kilos de arvejas en su vaina, al desgranarla suelen quedarse en la mitad, si se utilizan congeladas, poned 750 grs.
- 1/4 de una cebolla.
- 2 dientes de ajo.
- 1 rebanada de pan frito.
- 3 tomates bien maduros para salsas.
- 1 hoja de laurel.
- 1/2 vaso de vino blanco.
- 1/2 vaso de caldo de verduras.
- 1 loncha gruesa de jamón, puse panceta en esta ocasión.
- Una pizca de pimienta molida.
- Aceite de oliva virgen.
- Un poco de agua.
- Sal.
- 1 huevo cocido por comensal.
- Ponemos aceite, justo para cubrir el fondo de una olla profunda.
- Freímos la rebanada de pan y reservamos.
- En el mismo aceite freímos los dientes de ajo, y los sacamos cuando hayan cogido color. Reservamos.
- Ahora troceamos muy pequeña la cebolla, la pochamos a fuego bajo y tapada, nos llevará unos diez minutos.
- Incorporamos los tomates pelados y triturados, junto con la hoja de laurel y una poca de pimienta.
- Dejamos que se haga la salsa a fuego lento, que vaya mezclando sabores.
- Llega el momento de trocear bien pequeño el jamón o la panceta, y de incorporarlo para darle unas vueltas.
- Añadimos las arvejas, un poco de sal, el vino, el caldo y el agua, justo para cubrirlas, pero no ahogarlas.
- En una olla aparte cocemos los huevos, a partir de que el agua empiece a hervir, tardarán unos diez minutos, cuando haya pasado este tiempo, los refrescamos con agua fría.
- Cuando empiecen a hervir las arvejas, añadimos los ajos y el pan frito que habremos majado en el mortero.
- Dejamos cocinar el conjunto unos quince minutos, las arvejas suelen hacerse pronto. A mí me gustan más bien secas, así que casi al final, quito la tapadera para que se evaporen los líquidos.
- El pan frito habrá hecho que la salsa se espese, si nos gusta más líquida le dejamos la tapadera puesta hasta el final.
- Probamos, la dureza de las arvejas, en el momento que estén blandas, apagamos del fuego y dejamos reposar un rato.
- Ya las tenemos listas para servir, pondremos la cantidad de arvejas deseada en cada plato y las acompañaremos con el huevo duro troceado.
Espero que las probéis y que os gusten tanto como a nosotros.