27 de marzo de 2010

Torrijas de vino y miel.


      Cuando llegaba la Semana Santa, en casa de mi madre, no podían faltar las Torrijas. Se preparaban dos fuentes bien grandes, una con las Torrijas de Vino y otra con las Torrijas de Leche.
      Pero como ultimamente las prefieren de vino, son éstas las que presento hoy. Creo que es una forma bien dulce de estrenar éste humilde Blog de Cocina.
      Lo cierto es que con lo fáciles que son, no sé por qué, sólo las hacemos en esta época del año, será por la costumbre. Aunque creo que a partir de ahora la costumbre será hacerlas cuando me apetezcan, porque mira que están ricas, lo bien que acompañan un cafelito y lo que atrae a la gente ¿será por la miel?

NECESITAREMOS:


  • 1 pan para torrijas (que suele ser cuadrado y de rebanada gruesa)  o una barra grande de pan duro de días anteriores. El mío casero. Te recomiendo ÉSTE, tiene una miga sin trandes alveolos y empapa bien el vino sin deshacerse.
  • 3/4  litro de vino dulce, más o menos, porque hay pan que necesita más. Siempre las había hecho con vino blanco, pero desde que las probé con moscatel ya no las cambio, son una locura de ricas.
  • 5 huevos talla "L".
  • 1 cáscara de limón o naranja. Sin que tengan nada de la parte blanca.
  • Canela en rama.
  • 200 grs.de miel.
  • 250 grs. de azúcar.
  • 500 ml.de agua.
  • Aceite abundante para freír, de oliva suave o girasol si lo prefieres.
MODO DE HACERLAS:


  • Cortamos las rebanadas de pan, que sean gruesas.
  • Las mojamos en el vino por las dos caras, déjalas hasta que las veas bien empapadas.
  •  Colocamos las rebanadas en un colador sobre un plato sopero, para que eliminen el excedente. El vino que va quedando en el plato, lo volvemos a utilizar para seguir bañando otras rebanadas {si te digo la verdad, las mías se lo bebieron, pero no soltaron nada, eso depende del pan}
  • Mientras, pondremos una sartén con abundante aceite, donde tostaremos una piel de naranja.   
 
  • Batimos los huevos muy bien, y vamos mojando las rebanadas. Pondremos el plato al lado de la sartén con el aceite caliente, para ir friéndolas según las sacamos del huevo.
  • Dejaremos que frían por las dos caras, hasta que tengan un bonito color dorado.
  • Según vamos sacándolas, las pasamos a una bandeja con papel de cocina, para que eliminen aceite. También podemos utilicar un colador con la misma finalidad.
  •  En un cazo profundo, pondremos la miel y el azúcar
      
  •  Añadimos también la canela y el agua y llevamos a ebullición durante cinco minutos. Esa es la melaza donde bañaremos las torrijas.
   
  • Pasamos las torrijas por la miel, dejamos un minuto por cada lado.
  • Las vamos colocando en una fuente, que tenga profundidad.
  •  Cuando las  hayamos enmelado todas, es decir, pasado por la miel, vertemos un poco sobre las torrijas para que podamos bañarlas de vez en cuando, y no se resequen. El resto de la melaza la guardarmos, a medida que pasen los días, la podemos ir incorporando a la bandeja cuando veamos que las torrijas se han bebido la que tenían.
  • Tapamos la bandeja, con papel film por ejemplo.
 

  • Normalmente, en casa vamos cogiendo siempre las torrijas de abajo. De esa forma estará empapada de almíbar y cada vez que alguien se sirve una, con una cuchara se baña al resto, para que estén bien hidratadas.
       

  Ya sólo queda, dejarlas enfriar, ir haciendo un café y sentarnos a disfrutar de unas ricas torrijas caseras.
               
    
                                                           ANOTACIONES:

    - Las torrijas, al ser un postre de aprovechamiento, se hace con pan duro. Particularmente, me gusta el pan asentado, que tiene una buena miga, sin alveolos, que absorbe líquido a base de bien, y que cuando te comes un trozo, cierras los ojos de lo ricas que están. Te recomiendo éste.
    - Si hago pan en molde tipo plum cake, corto en cuatro trozos cada rebanada, de ésta forma las torrijas serán de bocado,  las que más nos gustan.
    - Si hago otro tipo de pan, procuro que las piezas sean pequeñas, para que igualmente, las rebanadas queden de bocado.
    - El tamaño final de la torrija, será mucho mayor que la rebanada con la que empezamos a trabajar. Ya que al ir en vino, rebozadas y bañadas, el volumen cambia considerablemente.
    - En casa utilizamos este pequeño truco antes de empezar a freírlas: cortamos un trocito de corteza de limón o naranja, y lo dejamos al fuego, cuando empiece a burbujear y freírse, será el momento de empezar.
    - Cuidado al freírlas porque chisporrotearán, el huevo evita muchas salpicaduras, pero no es una coraza infalible.
    - A medida que vayas friéndolas, tendrás que eliminar los pequeños restos de huevo que se suelen formar en los bordes de la torrija, los eliminas antes de enmelarlas.
    - Es mejor no añadir todo el aceite de golpe, es preferible utilizar una sartén más pequeña y renovarlo. Cuando lleves unas cuantas tandas fritas, verás que se habrá oscurecido y tendrás que cambiarlo por aceite nuevo.
    - No me gusta la gente que piensa que su torrija es la auténtica. Independientemente de hacerla con vino o leche, auténticas son todas, cada uno, evidentemente le da su toque, como a todo guiso tradicional.
     
                      Espero que se animen y las disfruten tanto como  nosotros.