Tenía esta entrada preparada para mañana, pero viendo que hoy es el día de Andalucía, y la receta viene tan al caso, acompaño de esta forma a todos los blogs andaluces con unas ricas tortas tan de allí. Y aunque esté ya a punto de terminar, espero que hayan disfrutado de un feliz día, ¡¡ Viva Andalucía!!!
Estas tortas tan famosas, tuvieron su origen en un pueblo sevillano llamado Castilleja de la Cuesta hace poco más de un siglo. Las más conocidas del lugar, son las de Inés Rosales aunque hay otras fábricas similares, recuerdo una llamada Gaviño y otra Cansino, que no sé si seguirán abiertas. Como curiosidad os diré que éstos últimos, estaban emparentados con la famosa Rita, sí la de la gran torta, que no de aceite, vamos la Rita Hayworth De Toda La Vida.
Hay vídeos donde se ven cómo las forman a mano y tardan segundos,es impresionante, la verdad. Aunque yo no sepa hacerlas como las profesionales, sí que tengo que decir que estoy muy contenta con el resultado final, hasta que no las pruebas no te das cuenta del verdadero parecido. No llegan a ser como las originales, pero casi casi, y os digo una cosa, te las comes como pipas si te descuides. Crujientes, hojaldradas y con ese sabor a anís, son un verdadero vicio.
Algunas veces nos alejamos de los pasteles más artesanos, caseros y nacionales, los de siempre vaya, llevados por la novelería, y ya os digo que si os animáis, con estas tortas os van a saber a eso, a un pastel De Toda La Vida.
Y ahora, vamos al lío.
Necesitaremos: (con estas cantidades salieron 21 unidades)
- 500 grs de harina.
- 100 grs de aceite de oliva virgen (cuanto más bueno, mejor)
- 150 grs. de agua mineral.
- 50 grs. de zumo de naranja.
- 15 grs de levadura fresca o 5 grs si es levadura seca de panadero.
- 5 grs. de sal.
- 8 grs de anís verde, también llamado matalahúva.
- 10 grs de sésamo, también llamado ajonjolí.
- Azúcar blanca para espolvorear.
** Aunque sean tortas de aceite si dividimos la cantidad total que lleva entre las tortas que salen, no llega ni a 5 grs por cada una, creeme, eso es una cta. de café.
- Ponemos todos los ingredientes en un bol y los amasamos. Se hace rápido, porque al llevar tal cantidad de aceite, no es una masa pegajosa. Yo la he hecho en la panificadora, en esta ocasión.
- Formamos bolas de 40 grs.
- Dejamos reposar un buen rato, las he dejado media hora.
- Ahora empezamos a aplanarlas, dándoles forma redondeada. He utilizado mi prensa, pero con rodillo se hacen bien, es que soy muy mala para dar forma redonda a las masas, y llegados a este punto me busco mis trucos, nadie es perfecto, qué le vamos a hacer. He visto en algunos sitios que también las cortan con cortapastas, pero si se os da bien el rodillo y aplanar en redondo, adelante, mis valientes. El objetivo final es dejarlas lo más finas posible, el camino, que cada uno escoja el mejor.
- Cuando ya tengamos formadas 6, que será lo que nos quepa en la bandeja del horno, las espolvoreamos de azúcar, y sed generosos, que la masa no lleva y es el único ingrediente dulce.
- Yo no lo he hecho, pero para la próxima vez las pintaré con clara de huevo antes de añadirles el azúcar, pues me parecen que quedarán más brillantes, como las originales.
- Las llevamos al horno precalentado a 200º entre 10 y 15 minutos.
- Las sacamos y colocamos sobre una rejilla hasta que se enfríen totalmente.
- Cuando están frías es el momento de comerlas, antes no habrán cogido el punto crujiente.
- Para conservarlas, sin problemas en una caja de lata o una olla tapada, unos cuantos días sin problemas.
**Ya sabéis que soy Mª Citas, porque siempre cito a mis fuentes de referencia, pero en este caso, han sido tan distintas y variadas, que no podría nombrar sólo una, así que lo dejaremos en receta popular.
Estas más tostadas, son para los que les gusta más así, que en casa cada uno tiene sus preferencias, yo las prefiero más claritas, pero como salen tantas, hay para todos los gustos.