Poner ahora en pie la receta de ese día es imposible, y por aquella época lo cierto es que todavía no me había dado por ir pidiendo recetas a la gente, esa manía me llegó después. Con quince años Maca no era todavía mi comadre, el título le llegó unos cuantos años después, pero nuestra amistad se remonta a esa edad, y lo que nos queda ¿verdad, mi niña?
Mi memoria guardó este plato muchos años hasta que los hice por primera vez, en casa no había costumbre de consumir calabacines, que yo recuerde sólo se compraban cuando se hacía pisto, pero fuera de esta receta nunca más volvía a entrar en casa hasta que tocaba pisto de nuevo.
No sé si ahora se consume más esta verdura que antes, pero para mí fue un descubrimiento. Por más que expliqué en casa lo rico que estaba lo que había comido, no me hicieron mucho caso, pues no eran especialmente seguidores de esta verdura . Así que cuando fui mayor y tuve mi cocina, fue de los primeros platos con los que experimenté, y hoy en día los consumo mucho en distintas preparaciones.
Siempre que hago esta receta doblo cantidades, ya que es un plato entretenido, de esa forma lo tengo preparado en el congelador y sólo es cuestión de dejarlo descongelar, y gratinar en el último momento.
Uno de mis hijos llama a este plato cáscaras rellenas, desde pequeño, cuando le preguntaron un día qué había comido y desde entonces los llamamos así, aquí os las dejo por si os animáis, nosotros la disfrutamos mucho.
Necesitaremos: (para ocho personas)
- Un calabacín mediano por persona.En este caso ocho, si son pequeños, entonces dos por barba.
- 1/2 kilo de beicon, que sea bueno y tenga mucho magro. Cortado en lonchas gruesas para poder después hacer taquitos.
- 250 grs de champiñones o setas (en este caso cogí un mezcla de setas : Cardo, Nameko, Boletus luteus y Boletus edulis).
- Aceite de oliva.
- 1 litro de leche entera.
- 4 cdas soperas con copete, de harina.
- Nuez moscada.
- Perejil picado muy fino.
- 250 grs de queso tipo gouda u otro de sabor suave y que sea fundible.
- Un poco de tomate frito para fondo de los calabacines al servirlos, opcional, otros prefieren disponer los calabacines directamente y sin mezclar con el tomate.
- Lo primero que vamos a hacer es cortar los calabacines por la mitad a lo largo.
- Con ayuda de un cuchillo al principio y con una cuchara sopera para terminar, le sacamos toda la carne y dejamos la piel preparada para ser rellenada.
- Disponemos las pieles en una olla para cocerlas al vapor. Tardarán unos 20 minutos, tienen que quedar tiernas, pero que podamos manejarlas, que no se nos rompan al cogerlas.
- La carne de los calabacines la reservamos.
- Partimos la carne de los calabacines, el beicon y las setas.
- Vigilamos las pieles porque deben estar a punto ya
- En una sartén ponemos un poco de aceite, y cuando esté caliente añadimos la carne de los calabacines, refreímos hasta que la veamos blanda y la pasamos a un colador para que suelten todo el agua. Los calabacines tienen muchísima agua.
- En otra sartén ponemos otro poco de aceite, y añadimos el beicon y las setas, movemos hasta que estén hechos y entonces añadimos la harina. Sin dejar de mover, veremos como la harina se va integrando y cogiendo color, se va tostando, esto es importante, para que la bechamel tenga mejor sabor.
- En la bandeja del horno, vamos disponiendo las pieles ya cocidas, esperando a ser rellenadas.
- Cuando ya tenemos la harina tostada, vamos añadiendo la leche sin dejar de mover en ningún momento.La bechamel tiene que quedar más clara que si fuese para hacer croquetas, pues cuando enfríe siempre espesa y nos quedaría un relleno demasiado denso, buscamos que quede suave al paladar y en la textura. Le añadimos entonces la nuez moscada y rectificamos de sal.
- Cuando la bechamel esté hecha, le añadimos la carne de los calabacines y ya tendremos hecho el relleno. Dejamos templar un poco antes de rellenar.
- Cuando lo veamos templado rellenamos los calabacines, ya casi hemos terminado.
- Rallamos el queso, y lo disponemos sobre los calabacines. Ahora espolvoreamos un poco de perejil y listos.
- Encendemos el horno a 200º durante quince minutos antes de meterlos.
- Los ponemos a media altura, calor arriba y abajo durante quince minutos y listos para comer.
Lo cierto es que queda un plato muy lucido, no es difícil aunque sí entretenido. Si tenéis invitados, siempre quedaréis bien, espero que os gusten.
Que aproveche!!!