El Sábado a primera hora, mientras todos dormían en casa y me tomaba la infusión matutina, encendí el ordenador y comencé a leer uno de los periódicos que acostumbro. Me llamó la atención una noticia en la que ensalzaban el gesto humano de un policía de NY, por haberle comprado una botas y unos calcetines térmicos a un indigente.
A partir de aquí, no pude seguir leyendo, pues se me creó un nudo en el estómago y en la garganta, y comprendí que " ser humano " hoy en día, es ser alguien especial.
Las personas, nos hemos despojando de sentimientos, justicia, solidaridad, y sobre todo de humanidad. Así que en este mes que empieza, donde empezamos a tener nuestras casas adornadas con motivos navideños, donde el espíritu rema hacia los buenos sentimientos, las conciencias se tornan más justas y nuestros deseos para con todos sólo exudan bondad, yo sólo tengo uno que me gustaría que se expandiera por allende los mares : " Que todos nosotros seamos humanos". Humanos en el sentido de comprensivos, sensibles con los infortunios ajenos. Humanos, en el sentido de justos, que obraremos según justicia y razón.
Humanos, sin condiciones ni plazos, porque después de este mes, la vida sigue, y porque la humanidad no se puede guardar en una caja de cartón en el trastero hasta el año que viene, con las bolas del árbol y el espumillón.
Si pasas por aquí, concédeme mi único deseo : " Sé humano ".
Perdonad por este arrebato sentimental y vamos a cocinar un poco.
Os dejo la receta de los piquillos que hemos comido hoy, es uno de mis platos preferidos, y se me hace difícil parar cuando los preparo.
- 3 latas de pimientos del piquillo. Las que yo compro suelen traer 9 piezas por lata, y calcularemos 4 pimientos por comensal, y el resto lo gastaremos en la salsa.
- 300 grms de bacalao desalado, en este caso como era para relleno he comprado migas, que salen mejor de precio.
- 250 grs de gambas pequeñas, de las arroceras quedan perfectas.
- 300 mls de nata para cocinar, vamos, un tetra brick y medio de los pequeños.
- Un poco de queso curado para rallar.
- 4 cdas soperas de harina normal.
- 600 mls de leche entera.
- Nuez moscada, pimienta, perejil picado y sal.
- 2 huevos batidos.
- Harina para rebozarlos.
- Aceite de oliva virgen.
Cómo los haremos :
- El día de antes, pondremos el bacalao en agua, para ir quitándole la sal, se la cambiaremos al menos 4 veces.
- Sacamos los pimientos de sus botes o latas, y los ponemos a escurrir en un colador.
- Mientras, vamos a preparar el relleno: en una sartén honda con un fondo de aceite, empezamos a pochar el bacalao, cuando esté a medio hacer le añadimos las gambas peladas. Cuando esté terminado, le añadiremos la harina, la dejamos tostar un poco y añadimos la leche sin dejar de mover, tiene que quedar una bechamel espesa. Le rallamos un poco de nuez moscada, para enriquecer el sabor.
- Dejamos enfriar el relleno, cuando esté templado procederemos a rellenar los pimientos. No los llenaremos del todo, pues tenemos que cerrarlos bien y no queremos que se nos salga el relleno cuando los estemos cocinando.
- Una vez todos rellenos, ponemos aceite a calentar, pasamos los pimientos por harina y huevo batido y los vamos friendo a fuego medio.Cuando los veamos dorados por una cara, le damos la vuelta. Los vamos dejando en una fuente sobre papel absorbente.
- Ahora vamos a hacer la salsa: Con el relleno que nos habrá sobrado, junto con los pimientos que no hemos utilizado, más la nata de cocinar, un poco de pimienta y todo bien batido, ya tenemos nuestra salsa lista par utilizarla.
- Yo los he terminado de preparar de dos formas diferentes, he hecho la mitad, como los que se ven en la foto de arriba, salsa en el fondo, pimiento encima, vuelta a napar con un poco más de salsa y queso rallado sobre cada pimiento, diez minutos al horno precalentado al máximo y bajado a 180º en el momento de meter los pimienots, altura media y a comer.
- O también podéis después de freírlos, poner un fondo de salsa y pasarlos al horno, el mismo tiempo y calor sólo abajo, así es como más me gustan y es la foto de abajo.
De las dos formas están bien ricos, pero yo prefiero ésta última, aunque hay que dar gusto a todo el personal y si sois varios a comer podéis probar de las dos formas.
También los he comido, en otras ocasiones, sin pasar por la harina y huevo, pero os aseguro que así están divinos, el sabor del rebozado le confiere una textura y un sabor, digno de los paladares más exigentes.
Me gusta acompañarlos de unas papitas pochadas lentamente, pero en este caso y con las prisas puse unas fritas, y en fin, ya tenemos nuestro plato listo para disfrutarlo.
¿ Quien puede resistirse a este primer plano? .......yo no desde luego.
Este plato se lo quiero dedicar a mi amiga Carmen, porque sé que tiene debilidad por el Norte, le encantan los piquillos, el bacalao y es muy buena persona, profunda y entregada. Y muchos la conoceréis por su magnífico blog, lo tiene hace años, y al principio ni ella misma sabía lo buena cocinera que es.
Que aproveche!!!!