19 de septiembre de 2016

Sardinas en Aceite

                    

¿Has oído alguna vez hablar de la Isla de La Graciosa?

Frente a la costa norte de Lanzarote se encuentra un conjunto de pequeñas islas e islotes, conocido como Archipiélago Chinijo. Además de la ya citada isla de La Graciosa, lo componen las islas de Alegranza y Montaña Clara; y los islotes Roque del Este y Roque del Oeste. La más grande, con poco más de 27 kms cuadrados, es La Graciosa.
El nombre procede del vocablo local "chinijo", que quiere decir "pequeño" y normalmente llamamos así a los niños.

Es la única que está habitada, y eso no ocurrió hasta finales del S. XIX  gracias a la construcción de una fabrica de salazón de pescado. Los trabajadores se asentaron en un principio en la parte oriental, en Casas de Pedro Barba. El nombre viene dado porque así se llamaba el empresario que proyectó la factoría de salazón. Pero la mala suerte, quiso que un golpe de mar y una lamentable caída dentro de uno de los barcos, terminara con su vida y diera al traste con todo el proyecto empresarial. Las casas se abandonaron y la población emigró con gran desazón hacia la parte suroriental de la isla, a Caleta del Sebo, siendo hoy día el único pueblo y "la capital" de La Graciosa.

Me contó una señora, que para comunicarse con la familia de una isla a otra, los trabajadores que procedían de los pueblos del Norte de Lanzarote {sobre todo de Haría y Máguez}, y a falta de teléfonos y modernidades varias; solían encender hogueras. Las situaban en sitios acordados anteriormente por cada una de las familias, el mensaje de "estamos bien" era entendido por todos. Y de esta forma volvían tranquilos a casa, sabiendo que sus seres queridos se encontraban en perfecto estado.

             
Pedro Barba, actualmente es una urbanización turística con una veintena de casas, que se vendieron sobre los años sesenta a gente adinerada en busca de tranquilidad. Eso si, deben mantener su estructura inicial sin posiblidad de ampliaciones, pues la isla está considerada Espacio Natural Protegido, y la Normativa vigente así lo señala.  

La Graciosa es preciosísima y peculiar:  con sus calles sin asfaltar, la ausencia de carreteras y coches, playas de arena blanca y aguas turquesas de infarto. No en vano, la llaman El Caribe Europeo.
El transporte de los numerosos turistas que a diario la visitan, se realiza en los diez taxis 4x4 que hay y en bicicletas de alquiler. La población censada apenas sobrepasa los setecientos veinte habitantes. Actualmente el turismo y la pesca son las principales fuentes de ingresos.


Dada la vida tan dura y sacrificada que llevaron tiempo atrás los hombres y mujeres Gracioseros, me parece estupendo que hayan encontrado una forma más cómoda de incrementar sus ingresos y vivir de forma más desahogada.
Me gusta ir fuera de Temporada Alta y Fiestas, en fechas señaladas hay demasiado alboroto y escandalera. El trayecto en barco desde Lanzarote dura apenas veinte minutos y te aseguro que estar en ella, es contemplar la Naturaleza en estado puro. Tanto las puestas de sol como los amaneceres son para cerrar los ojos, escuchar el alma y saborearlo de nuevo cuando te llegan momentos de estrés.

Administrativamente La Graciosa depende de Teguise, en la vecina Lanzarote. Aunque llevan unos años queriendo ser reconocidos institucionalmente como la Octava Isla y tener cierta independencia administrativa. No puedo dejar de nombrar a Margarita Páez, más conocida como Margarona. Una mujer de bandera, reivindicativa y Alcaldesa de La Graciosa durante muchos años. Hace dos, le dedicaron una calle en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, precisamente en la misma que ella vive. Es persona cercana, querida y respetada por sus vecinos. Además de la Alcaldía pedánea y gestionar hasta su jubilación un supermercado familiar, contribuyó para que La Graciosa mejorara considerablemente sus infraestructuras, los servicios públicos y las condiciones de vida.
No había pleno del Ayuntamiento de Teguise donde no fuese a alzar la voz y reclamar lo que consideraba que le pertenecía por Derecho y Ley a todos los Gracioseros.
 

Y ya no me enrollo más, solamente te digo que las sardinas de hoy son de La Graciosa, que sigue contando con una riqueza pesquera inigualable al ser mar abierto. Las corrientes y pureza del agua ofrecen especies marinas de gran calidad, saber que es la mayor reserva marina de Europa es toda una garantía. Tuve la suerte de encontrarlas en el mercado frescas y casi coleando, de tamaño pequeño y con un saborazo impresionante.

Si no has preparado nunca sardinas en aceite, te las recomiendo. Además de ser una forma fácil y sencilla de comer este rico y humilde pescado, no deja ningún olor en la cocina, y en cualquier picoteo que las presentes, causan sensación.
Tengo un familiar que las desayuna todos los días desde hace años sobre unas tostadas con su tomate rallado. Cuando le llevo éstas caseras, ya te imaginarás la fiesta que organiza.

No indico cantidades, cada una verá las que necesita para casa.
Sardinas pequeñas
Sal Marina
Aceite de Oliva Virgen Extra




- Vamos a limpiar las sardinas eliminando cabeza, vísceras y espina central. Aquí, puedes ver el paso a paso (Aunque la otra receta sea de boquerones, el proceso es el mismo).


- Una vez limpias, pondremos las sardinas bajo el grifo y lavamos bien.
- Tras el lavado, dejamos un rato para que eliminen el agua.
- En un caldero con agua, acomodamos el cestillo para cocer al vapor.

-  Cuando rompa a hervir el agua, acomodamos nuestras sardinas con los lomos cerrados, como ves en las imágenes.
- Dejamos hervir al vapor cinco minutos. Para comprobar el punto de cocción, separo con la punta del cuchillo el lomo de una sardina, si veo que está blanco, está perfecto.


- Pasados los cinco minutos, retiramos del fuego y dejamos templar. No dejes la rejilla sobre el agua caliente, pues se seguirían cociendo con el calor residual.
- Preparamos un recipiente de cristal o cerámica {no utilizar recipiente metálico} y ponemos un poco de aceite para cubrir el fondo. Ahora alternamos capas de aceite y sardinas hasta terminar. Salando ligeramente las capas de sardinas al colocarlas.
- No hagas más de tres capas, para que el pescado del fondo no termine aplastándose. Si vas a hacer mucha cantidad es mejor utilizar un recipiente más amplio que alto.



- El aceite tiene que cubrir holgadamente las sardinas.
- Tapar y llevar al frigo durante dos días, y después a disfrutar.

   

¿Sueles consumir latas de sardinas?
 Te aseguro que después de hacerlas en casa, no las volverás a comprar.

- Si prefieres dejarlas con la espina central como las comerciales, no hay problema, pero nos gustan más sin ellas. 
- Si haces mucha cantidad, puedes hacer conserva colocando las sardinas en botes esterilizdos. Sigue el mismo proceso que hago aquí, a partir de tener los botes ya llenos.
- Si el olor con este pescado te frena a la hora de preparlo en casa, te aseguro que con ésta receta no tendrás ese problema. No huele nada.


Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces se feliz, o al menos inténtalo.