4 de abril de 2016

Pollo al Ajillo



Receta tradicional y sencilla a partes iguales.

Es difícil conseguir que una persona que se encuentra total y absolutamente inapetente, muestre el más mínimo interés por la comida. Mi madre lleva así unos meses, y por más que intento ofrecerle platos atractivos, es tal su desgana que aunque no tiro la toalla, si que me dan ganas a veces de tirarme de los pelos ¿para qué te lo voy a negar?

Todos los días, repetimos el mismo sainete: ¿que te apetece para comer? ¿que quieres que te haga? ¿te agradaría . . .?  y así hasta que al fin dice algo, sin ningún entusiasmo, no creas. Algo que yo cocino y ella casi siempre deja al menos la mitad en el plato, utilizando su técnica de camuflaje. Te quiere hacer creer que se lo ha comido, y guarda la carne, el pescado o lo que sea que haya ese día bajo la piel de la naranja, dentro de la del plátano o bajo la miga del pan.
Pero ya la tengo calada, y no me engaña como al principio. 

Aunque si calcula que le da tiempo, y pese a vigilarla con el rabillo del ojo {tarea que alterno con mis hijos para que no se vea presionada} lo envuelve todo en un pañuelo de papel y lo introduce en alguno de sus bolsillos con el mayor de los disimulos.
Y nos dice en voz alta que ya ha terminado. Claro que nos entra la risa, tras ver todo el proceso. Ese día ya sé que hay que darle una buena merienda y compensar, pero no le digo nada para evitar que le coja más manía a la comida.

La técnica del bolsillo la hacía yo cuando iba al comedor del cole. A ver sí al final va a ser verdad la creencia popular: Los niños y los ancianos hacen las mismas cosas . . . en fin.




El otro día, en respuesta al citado interrogatorio, respondió con algo más de interés:
- Pues mira niña, un Pollo al Ajillo . . . me dijo.
 Hecho !!! ahí estaba el pollo guisado a la hora del almuerzo. Se comió una buena pieza hasta con ganas, me dijo lo rico que había salido y hasta pidió un poco de pan para mojar.

¡¡¡ Ole ole y ole !!!

Bien contenta me quedé, no te puedes hacer idea.




      Es una receta tradicional, sencillísima y de las que se han hecho siempre en casa. 
 Está bien rico y jugoso el pollo cocinado de esta forma,
y la salsita no puede ser más sabrosa.
 Si no lo has hecho nunca, espero que te animes.


Para tres personas
 
* 1 Pollo troceado. Utilicé tres muslos con contra muslos.
* Vaso (de los de agua) de vino blanco.
* Zumo de un limón hermoso.
* Un poco de agua templada.
* Dientes de ajo al gusto, unos 3 por persona.
* Aceite de oliva virgen extra.
* Laurel y Tomillo.
* Sal Marina.
*Guarnición: papas fritas, arroz blanco, quinoa, ensalada . . . 

                 



- Pondremos un buen fondo de aceite de oliva en una sartén, calentamos.
- Añadimos los dientes de ajo enteros, con la piel. A fuego medio, esperamos a que se tuesten y retiramos, los necesitarémos más tarde.


- En el aceite ya perfumado, introducimos nuestros trozos de pollo limpios, sin piel y secos.
- Movemos hasta que estén bien sellados por todas partes y cuando empiecen a tomar color, añadimos de nuevo los ajos.


- Incorporamos el vino junto con el zumo de limón, el tomillo y el laurel.
- Lo dejamos hacer a fuego medio una media hora. Durante la cocción, movemos las piezas para que se hagan por igual.


 - Rectificamos de sal y tapamos hasta que la carne esté blanda.
 - Habrá evaporado casi todo el líquido y se quedará casi en el aceite.


- Mientras, vamos sacando la carne de los dientes de ajo y desechando las pieles.
- La mezclamos bien con una poca de agua templada.


- Cuando la salsa haya reducido, incorporamos la carne de los ajos, dejamos hervir dos minutos y listo para servir.


- Lo tradicional es acompañarlo de unas papas fritas, pero después de Semana Santa y con la cantidad de Torrijas que me comí, estoy haciendo penitencia propósito de enmienda {ya veremos lo que dura} y lo acompañé con quinoa cocida. Tan solo tienes que poner agua a hervir, añadir la quinoa y esperar doce minutos. La cuelas y ya está lista. Si es guarnición, con 50 grs por persona tendrás más que suficiente.


  Aunque no te enseñe muchas recetas con quinoa, es porque practicamente la preparo siempre de la misma forma, pero es un ingrediente que nunca falta en mi cocina. 
La tomo hace bastantes años, y quien me conoce, sabe que con un plato así soy feliz, me encanta.
  

La puse en el plato del pollo como guarnición, pero con las prisas de hacer las fotos y que no se enfriase la comida, me dejé el aliño en la cocina. Así que por no volver, me la comí añadiéndola al  tomate picado con perejil. Que también es una forma estupenda de tomarla y bien sabrosa.
  

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces se feliz, o al menos, inténtalo.