22 de febrero de 2016

Brioche de Aceite & Naranja



Dentro del mundo confitero, entre mis preferencias están los bollos dulces.
Si me acercas una bandeja con Ensaimadas, Panecillos, Suizos, Roscones, Brioches . . . perderé "las formas" sin ponerme colorá, y te querré hasta el infinito y más allá.

Todos ellos guardan una característica común: el mismo día que los haces, están soberbios; al día siguiente  han dejado de ser impresionantes y para el siguiente del siguiente si aún te duran, han perdido esa  mi-gui-ta  blanda, provocativa y tentadora.

Por lo que no hay mayor sacrificio jajaja que consumirlos el día que salen del horno.



Para que te de tiempo a ti también y que no se te pongan duros, te explico un horario que me funciona perfectamente para que lo puedas llevar a cabo.
Ya me darás las gracias después, las quejas en otra ventanilla.
A ver si vas a ser de las que viene a regañarme porque la cinturilla elástica del pantalón ya ha dado todo lo que podía de sí.

Bueno, ahí va:

- Media mañana: sale del horno y en apenas treinta minutos está frío. Lo mejor es catarlo antes que nadie, para saber si cumple tus espectativas. Como no es excesivamente dulce, lo untas bien de mermelada pegote gordo y sin remordimiento.
- Comida: y ya que estamos en finde, disfrutamos de un tranquilo café y una buena sobremesa. Hay que acompañar a la familia tomándonos otro trozo de brioche, ¡¡ faltaría más !!
Merienda: oye, que sientes un no sé que que no sé yo, y el cuerpo te pide algo dulce . . . pues nada mi niña, no estás para sufrir a estas alturas ¿verdad? Ahora, para no ponerte nerviosa con tanto café, mejor te tomas una infusión o un zumo. . . y otro trocito de brioche, claro que si, adelante y sírvete.
- Cena: como cada uno se averigua la suya y tú con cualquier cosa te apañas . . . te preparas una bandeja con un vaso de leche bien calentita y algún trozo más de brioche, y mientras ves alguna de tus series preferidas, te metes bajo la manta del sofá y a base de pequeños pellizcos para alargar el final del bollo, te lo terminas sin dejar ni una miga de muestra.
                
                                    

Llegados a este punto, la bandeja estará vacía. Cuentas por supuesto, con la inestimable ayuda de tu familia, muy colaboradora en estos menesteres. Todos están muy bien educados, y el paseito a la cocina para coger un trocito ahora y otro después, está garantizado.

Y catapúnchimpún, objetivo conseguido . . . se acabó lo que se daba.




Los integristas en materia de brioches, me darían una fuerte colleja porque no se ciñe a las tradicionales recetas. No, no lleva mantequilla y es uno de sus principales ingredientes. Pero tenía ganas de experimentar y la primera vez que lo hice, yo misma me quedé un buen rato con la boca desencajada del magnífico resultado obtenido.

Si tú lo pruebas, estoy segura que te ocurrirá lo mismo, advertida estás.





- Templamos la leche y añadimos la levadura, mezclamos bien hasta que se disuelva.
- Volcamos en la cubeta de la panificadora, y añadimos el resto de los ingredientes húmedos: aceite, zumo de naranja y huevos.


- Es el turno de los ingredientes secos: azúcar de abedúl, sal marina, harina, gluten y ralladura de naranja.
- Elegiremos el programa de amasado, que duran quince minutos. Cuando termine volvemos a seleccionarlo, en total se amasará durante media hora.
 

- Dejamos reposar durante media hora para que se relaje y poderla trabajar bien.
 - Cortamos piezas de 30 grs.


- Como ves en las imágenes, es una masa blanda, se te pegará ligeramente a las manos, úntalas con unas gotas de aceite, y le vas dando forma de bola, pero no añadas más harina.
 

- Aceitamos ligeramente nuestro molde para horno por la base y las paredes y colocamos todas las bolas, un poco separadas entre si.
- Te saldrán unas 32 piezas.


- Tenemos que esperar a que hayan crecido, tardarán unas dos horas aproximadamente. Claro que depende de la temperatura, en verano se reducirá sustancialmente la espera.
- Puedes acortar el tiempo si las dejas en el horno apagado previamente caliente a 50º. De esa forma en una media hora estarán listas para hornear.


- Una vez levadas y antes de hornear, batimos un huevo y las pincelamos.
- Precalentamos el horno durante 15 minutos a 170º.


- A continuación, mezclamos el azúcar de abedúl y el agua y lo pondremos por encima de las bolitas.


- Horneamos durante quince minutos y altura media. Durante el horneado, crecerán algo mas.


¡¡¡   A comer  !!!


- Utilicé Azúcar de Abedúl, para que pudiera tomarlo una persona diabética, si utilizas azúcar blanca, son los mismos gramos, pero los horneas a 180º durante doce o trece minutos. De todas formas, te recomiendo este azúcar si estás cuidándote un poco, porque tiene muchas menos calorías y es mucho más sano y natural. Y por el sabor no te preocupes, no notarás la diferencia.
- Hacer brioches es fácil, lo único a tener en cuenta es que el amasado y los levados son largos, así que paciencia.
- La ralladura de naranja, le aporta un sabor parecido al agua de azahar. Si prefieres sustituirla por ésta última, con media cta de café tendrás suficiente.
- Cuando están todavía templados, los tapo con papel film, así quedan más esponjosos. 
- Al hacer la masa, aunque sea algo pegajosa, no caigas en la tentación de añadir más harina. El brioche, resultará mucho más tierno.
- Mi relleno preferido: ligeramente untado de mantequilla, jamón cocido y queso en loncha. Prueba y ya me contarás.
- No te recomiendo los moldes de silicona para hornearlos, las veces que los he probado, no me preguntes por qué, pero quedan más resecos.

Ala, a disfrutar.
                        
                                          

Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces, se feliz o al menos, inténtalo.