30 de marzo de 2015

Hornazo de Huelva




                                              



 Buenos días, hoy te quiero presentar un pastel delicioso y tradicional de la repostería de Huelva.
     No sé si lo conoces, pero te aseguro que cuando termine esta entrada tendrás ganas de probarlo porque es realmente una delicia. Este pastel plano, normalmente se suele preparar para Semana Santa, osea que vengo en el momento preciso. Pero para ser sincera, yo en casa lo hago cada vez que me da la gana . . . que me gusta demasiado como para esperar un año entero.

       
     La primera vez que lo comí, me lo regalaron unos amigos, y a partir de entonces me aficioné a él. Hasta que no conseguí la receta no paré, qué trabajito me costó, por cierto. Me la facilitó la tía Moguereña de una amiga, hace de esto más de veinte años.

     Tuve que empezar por " interpretar " las medidas. 

Ya sabes:

     - Pasarlas de vasos a gramos.

     - Ajustar . . . . . . " y la que admita " 

     - Afinar con . . .  " a ojo " 

     - Calcular . . . . .  " un dedo por debajo del borde "

     - Decidir . . . . . . " tú sabrás cuando "

     - Determinar . . . " eso lo vas viendo "

Porque ya sabemos que así la podemos liar en la cocina a base de bien ¿verdad?
     Nuestras abuelas, tenían que ser más listas, porque la medida del ojo, les funcionaba de maravilla y todo quedaba riquísimo y estupendo.
    Cocina milagro la llamaría yo.
    

      Por más información, historia y datos que he buscado sobre éste dulce, no he encontrado nada. Pero el sabor que tiene gracias a esos ingredientes tan nuestros como el ajonjolí, la mataluva, las almendras o la canela, llego a imaginar que su origen puede ser perfectamente árabe y capaz de enamorar a cualquier Reina Mora {confabulaciones mías, nada más}. Así que como sé que por aquí pasan amig@s choquer@s y de cocina saben bastante, que levanten el dedo, se manifiesten y me casquen algún dato.
      Son muchos los pueblos de la provincia donde se prepara, y existe esa pequeña rivalidad para ver dónde lo hacen más rico. No sabría decidirme por ninguno en concreto, la verdad, aunque el primero que comí era de un pueblo que se llama San Bartolomé de la Torre, y me pareció exquisito. Qué buena memoria tengo para alguna cosas, 
                       sobre todo cuando están relacionadas con darle al diente.                        




    



         
                                       
   



* En un cazo pondremos a calentar el vino y el aceite.

* Añadimos las especias: rama de canela, matalauva, ajonjolí y la pizca de sal.
  
* Dejamos hervir unos cinco minutos a fuego medio-bajo y apartamos.
* Tapamos y dejamos que repose, lo añadiremos a la harina cuando esté templado.

* Cuando ya esté templado, sacamos la rama de canela.
* Pasamos la harina y la levadura por un colador  a un cuenco amplio.
* ¿Ves los grumos de la foto?  es la levadura que estaba apelmazada, presionamos con una cuchara y la colamos. Por eso es importante cernirla siempre, al igual que la harina, de no hacerlo se pueden quedar grumos en la masa.

* El aceite, lo añadimos al cuenco con la harina. Recuerda, que esté templado.
* Movemos con una cuchara hasta formar la masa. No tardaremos más de dos minutos. Es una masa blanda, pero al llevar esa cantidad de aceite no es pegajosa.
* Forramos la bandeja del horno con papel y extendemos la masa con las manos, es fácil. Debemos dejar una capa fina.
* Los bordes, los hacemos altos para que no se salga el relleno cuando lo pongamos encima.


                                                    Empezamos con el relleno

* En un cuenco batimos los huevos, con varillas manuales o eléctricas.
* Cuando hayan doblado volumen, añadimos el azúcar y seguimos batiendo un poco más.

 * Añadimos a los huevos: el cabello de ángel, la canela, las almendras picadas y la ralladura de limón.
* Mezclamos despacio, con movimientos envolventes.
* Encendemos el horno a 200º para precalentar.

* Extendemos el relleno sobre la masa.
* Con ayuda de un colador, añadimos un poco de canela encima.
* Terminamos añadiendo las almendras fileteadas.


* Llevamos al horno y cocemos a 180º entre veinte y treinta minutos, posición media.
* El mío estuvo listo en veinticinco minutos, comprobar pinchando con una aguja.Es el mejor método para asegurarnos.
* Es normal que al salir del horno, la superficie parezca irregular, pero mientras enfría quedará totalmente plana.


*Ya sólo queda, enfriarlo sobre una rejilla.


      Una vez frío, llevamos a la mesa entero y se van haciendo porciones. Es un acompañante estupendo para el café de la tarde.
      Un bocado tierno, jugoso y no, no es empalagoso aunque lleve esos ingredientes tan dulces. Te aseguro que la bandeja, siempre vuelve vacía a la cocina, no falla.

    ¿Te voy cortando un trozo?

 
  Este pastel lo preparé en Enero, y como sé que mi querida  Elisa es de Huelva, le mandé un correo, contándole que había hecho un dulce de su tierra y que lo iba a publicar al lunes siguiente. Tiempo le faltó para preguntar cual era.
      Le envié una foto y me contestó que su madre también lo bordaba 
{figurativamente hablando, por supuesto}.
      Al preguntarle por la receta familiar, volvió a surgir el "ajuste de cantidades". Vamos que tendría que ponerse con su madre a hacerlo, para ir midiendo los ingredientes con cuidado, porque por teléfono, iba a ser imposible sacar nada en claro. Las únicas cantidades que consiguió Elisa de la receta familiar fueron:  . . . " a ojo, eso lo vas notando, o ve calculando ". . . jaja, igual que me había pasado a mí.
      Y entre éstas, se me ocurrió una idea: ella haría el Hornazo con su madre, y lo publicaríamos el mismo día. Así que mi agradecimiento y dos besos bien grandotes a la madre de Elisa, que también se ha tenido que poner el mandil, y meterse en este fregado, pero seguro que encantada ¿no es así?
    Os invito a que vayáis al blog de mi amiga Elisa. Donde se respira el buen ambiente, la alegría, la cercanía y la buena cocina "Que no te falte un perejil". Porque un blog, no es sólo las recetas que aparecen en él, cuenta el corazón del que lo escribe y Elisa lo tiene grande y le sobra.
Allí os espera su Hornazo, ¿estará rico? . . . . pues no, seguro que riquísimo.
   ¿Y Elisa? pues una tía estupenda, para comérsela también. Seguro que muchos la conocéis, pero si no así, y aunque suene a tópico, os diré que tiene uno de los blog donde merece la pena estar. Fiel reflejo de la personalidad de su autora, 
y del que disfruto muchísimo cada vez que estoy allí.

 Y eso es todo por hoy, hasta la próxima entrada,
que excepcionalmente será en dos días, ya verás por qué.
De momento, disfruta de este pastel y sé feliz.