2 de octubre de 2017

Bombones de Gofio


¿Habrá algo más canario que el gofio? Desde ya, te digo que no.

En ocasiones, nos parece increíble, que un producto tan culturalmente arraigado en la cocina de nuestra zona, sea un total desconocido fuera de ella. Esto ocurre con el gofio. 
Con los dedos de una mano podríamos contar las casas canarias donde no se consume, pero fuera de aquí es un ingrediente ajeno a cualquier preparación culinaria, incluyendo la península. No ocurre lo mismo en otras partes del mundo, como Venezuela, Puerto Rico, Uruguay, República Dominicana, Brasil, Cuba, Chile . . . donde se extendió su uso como consecuencia de la emigración canaria.


El gofio es harina tostada de cereales. Un alimento prehispánico, que era la base de la alimentación de los primeros habitantes de las islas Canarias, los guanches. Principalmente se utilizaba de trigo, cebada y hasta lentejas; más tarde se incorporó el millo (maíz) y centeno cuando fueron traídos de América.


En sus orígenes, el gofio se amasaba con leche o agua dentro de un zurrón, de esta forma se podía guardar y transportar sin problema. Aparentemente es como la harina, aunque su tono es más oscuro por estar tostado. Si te acercas a olerlo, es tan aromático que enseguida dan ganas de probar, para ver a qué sabe. Es difícil explicar un sabor, y de la única forma que se me ocurre hacerlo para que te hagas una idea, es preguntarte si has hecho alguna vez mantecados caseros ¿si? pues como sabes, la harina hay que tostarla antes en el horno para después hacer la masa. Así sabe el gofio, a mantecado. ¿Te imaginas un vaso de leche endulzada y con unas cuantas cucharadas de gofio disuelto? Ummmm, me dan ganas de soltar el teclado y correr a la cocina a prepararme uno.

                      

         

A día de hoy lo encuentras tanto en los grandes supermercados como en la tienda más pequeña de cualquier pueblito. Hay muchos molinos locales donde se prepara, y puedes elegir según gustos porque el abanico es amplio. El que más consumimos en casa es el de millo; pero el de trigo, el combinado de ambos, y tanto el de tres o cinco cereales (trigo, millo, garbanzos, cebada y sal marina) también está muy demandado. Y desde hace un tiempo, incorporaron al mercado el gofio de avena, muy rico también, por cierto. Es un alimento muy completo, sano y natural. Rico en fibra, en vitaminas y minerales. Un super alimento, que lo toma todo el mundo, empezando por los niños. El día menos pensado, se pondrá de moda, y nos lo quitarán de las manos como ocurre con tantos otros productos gastronómicos. Tiempo al tiempo.


Sin olvidarnos de una de las más sencillas preparaciones como son las pellas de gofio, con el tiempo esta harina tostada de cereales se ha incorporado a la repostería; siendo protagonista o formando parte de postres como los huevos mole, queques, helados y deliciosas mousses; sin dejar olvidadas las preparaciones saladas como el gofio escaldado que tan bien acompaña a los potajes, sopas y pucheros. Si, lo sé, tengo que ponerme las pilas e ir sacando estas ricas recetas en el blog, que ya me vale después de tantos años no haberlas traído todavía.

 


La receta de hoy va dedicada a una fiel seguidora de la provincia de Zamora, Lola. Su hermana vino este verano de vacaciones y le llevó de regalo unos paquetes de gofio; lo probó en el hotel donde se alojaba con su familia y a todos les encantó. Pensó que Lola, toda una cocinitas, le daría buen uso, pero al no haberlo utilizado antes, me escribió un correo pidiendo ayuda. Quería algunas recetas de las que preparo en casa con gofio porque confía en mis recetas, y cuando ha probado alguna le ha salido bien a la primera. Estas son las cosas maravillosas que ocurren con con los blogs.


Como precisaba una cuantas recetas dulces, para una reunión familiar que tiene a mediados de este mes, me pareció una buena idea estos bombones de gofio. Suelo prepararlos cuando somos muchos, porque en un pis pas están listos y quedan deliciosos para sacarlos en la sobremesa. Ya se los adelanté a Lola por correo y ahora ven la luz por aquí. Bien sencillos, solo es necesario mezclar, formar y bañar.

¿Empezamos?

        
   
 {24 bombones}
     


100 grs Gofio (millo, trigo . . .)
2 Plátanos Canarios bien maduros
3 Cdas Miel
Puñado de Nueces picadas
Puñado de Uvas pasas
1 cta Canela molida
200 grs Chocolate de cobertura
Fideos de chocolate para adornar





- Los plátanos bien maduros, los escachamos (aplastamos) con el tenedor.
- Añadimos la miel y mezclamos bien.

- Empezamos a agregar el gofio, esto lo haremos en dos o tres veces.
- Lo haremos facilmente con un tenedor y cuando lo hayamos incorporado e integrado por completo, podemos seguir con la mano.
- Incluímos la canela y las nueces troceadas.
- Mover bien.
- Incorporar las pasas y con las manos amsar un poco el conjunto.
- Ya se podría comer tal cual, esta es una de las formas de preparar la pella de gofio. Tan solo haría falta cortarla en rodajas o comerla a pellizcos. Es como una golosina (que se lo digan a mis hijos)
- Pero nosotros vamos a ir cogiendo pequeñas porciones y le daremos forma de croqueta.
- Seguimos formándolas hasta darle fin a la masa.
- Llevamos al congelador una media hora.
- Troceamos el chocolate y derretimos en el micro o al baño maría.
- Sacamos nuestras pequeñas pellas del congelador y las bañamos en el chocolate, que queden bien cubiertas por todos lados.
- Intenté hacerlo con un tenedor, pero me resultó más fácil ir pinchándolas con un palillo de dientes.
- Las vamos dejando sobre una bandeja cubierta con papel encerado (de horno) y le añadimos los fideos enseguida, porque con el chocolate húmedo se quedarán bien pegados.
- Dejar que el chocolate endurezca y listos.


   ¡¡¡ A disfrutar !!!

¿Cuántos te pongo?

 


Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.
Hasta entonces, espero que seas feliz.