21 de octubre de 2013

Pan Rápido.

                             

Cuando el Domingo vi que no había pan para la comida,
que mi madre estaba guisando su famoso Pollo Dominguero y que  tendríamos una rica salsa para mojar, me decidí a hacer un buen pan casero.
          

Como no tenía ganas de complicarme mucho, opté por hacer el Pan Rápido, tan conocido por todos, claro que con el tiempo he ido acomodando cantidades e ingredientes a mi gusto.


Lo hago en una olla tapada y bien profunda, pues crece bastante  {La mía es de una marca alemana de fondo grueso, pero sirve cualquiera que no tenga ningún componente plástico, o los recipientes de  Pyrex, que son los que le dieron verdaderamente fama a este pan} 


Y con la cantidad de veces que lo he hecho, nunca lo subí al blog y ya era hora.
Queda un pan riquísimo; blando, crujiente y con ese sabor a pan, pan. Vamos que es el típico pan que haces para ser el primero, porque te dicen que es tan fácil, y una que no se ha metido nunca entre harinas, prueba y ya no dejas de hacerlo nunca, porque te sale bien si o si y sin despeinarte.
         

   Y con un pan así de rico ¿creéis que en casa prefieren comerlo comprado?



** Como he comentado en otras ocasiones, no siempre encuentro la harina de fuerza. Y si la encuentro algunas veces el precio me parece abusivo. Así que tengo siempre en casa un paquete de gluten y le añado la cantidad necesaria para que sea de fuerza. Si éste no es vuestro caso, ponedle la harina de fuerza comprada y los gramos de gluten, los sustituís por gramos de harina.
           

  • Ponemos todos los ingredientes en la panificadora, elegimos el  programa masas, que dura quince minutos.
  •  Pasado este tiempo, sacamos la masa, le damos forma de bola.
  • En caso de hacerlo a mano: ponemos todos los ingredientes en un cuenco bien grande, empezamos a amasar y cuando veamos que ya tenemos una masa más manejable, la sacamos del cuenco y terminamos de darle forma de bola sobre la encimera. Al principio será pegajosa, pero se irá volviendo manejable y se trabaja facilmente.Tardaremos sobre quince minutos en este proceso.
  • La olla donde vamos a hornearlo, la pintamos con aceite.
  • A la masa, ya formada, le hacemos unos cortes con un cuchillo  afilado o un cutter y espolvoreamos un poco de harina para dar un aire rústico.
           

  • Tapamos la olla, es importante que sea profunda, así por mucho que crezca, no topará con la tapadera.
  • Lo llevamos al horno, encendemos a 200º durante cincuenta minutos, posición baja y calor arriba y abajo. El horno no lo precalentaremos, aunque os parezca extraño.
  • Pasado este tiempo, lo destapamos, bajamos a 180º y dejamos quince minutos más en el horno para que adquiera un bonito color dorado en la superficie. Si os gusta más tostado dejadlo cinco minutos más, a mí me gusta con la corteza clarita.
  • Ya está listo para sacarlo, dejadlo cinco minutos más dentro de la olla destapada para que sude un poco y os sea más fácil desmoldarlo.
  • Lo pondremos a enfriar sobre una rejilla y listo para comer.
Apuesto, a que antes que esté frío del todo, habrá llegado alguien a darle un pellizco....no falla.

Si no habéis hecho nunca pan, os aseguro que éste, es perfecto para iniciaros. Cuando veáis el resultado final vais a estar tan orgullosos que ni os creeréis que ha salido de vuestro horno.
                                 Animaros, de verdad, os va a encantar.
             
                                       ¿A que tiene una pinta increible?