27 de marzo de 2013

Pestiños de la yaya Ernesta.

                       
      Estos pestiños son los que se han hecho en casa toda la vida. Y antes que mi madre, los hacía mi abuela. Así que es una receta familiar. Una de esas recetas que tiene tu madre anotada en su libreta ( Sí, ya lo sé, la que perdí y me sigue recordando)  de tantas veces que los he hecho, al final te la terminas aprendiendo.
      Siempre los prepararon entre mi madre y mi tía cuando se acercaban las fechas de Semana Santa, después cogí yo el testigo de mi tía y los sigo haciendo con mi madre. Aunque la pobre ya está mayor, y cuando llevamos la mitad de la masa frita, me pregunta : ¿niña, queda mucho? y ahí ya sé que tengo que llamar a la suplente {mi hija} que viene protestando porque no tiene paciencia para estas cosas, y le parecen demasiados pestiños.
     Pero entre dos este trabajo se hace mejor. Así una va dando forma a los pestiños y la otra cuidando el fuego y friéndolos.

                  

 Este año los preparamos el  Domingo, espero que duren hasta la mitad de la semana al menos, aunque el año pasado batieron records  y el Miércoles no quedaba ni uno. Pero no preguntes, que nadie ha comido.

Bien es cierto, que sale una cantidad generosa. Si sois menos, igual os conviene dividir cantidades.

** Reedito esta entrada que es la primera que hice en el blog hace justo hoy tres años (27/3/2010), pero las fotos eran tan oscuras que me apetecía renovarlas **

NECESITAREMOS:


              
  • 1 huevo bien batido o 2 si son pequeños.
  • 1 taza de vino blanco que sea bueno. 250 grs, que lo he pesado.
  • 1 taza de aceite que habremos frito anteriormente con una cáscara de naranja o de limón. 215 grs, que también lo pesé.
  • 1/2 cucharadita de sal.
  • 1 raspadura de limón.
  • 4 tazas grandes de harina (vienen a ser como unos 750 grs. de harina de repostería). Siempre añado 700 y después voy añadiendo según veo la masa. Ya sabéis que no todas las harinas son iguales. Y porque me dio por medirlo todo, que son de esas recetas de .....la que admita.
  • 2 cucharadas soperas colmadas de anís verde o matalauva.
  • 2 cucharadas soperas de sésamo o ajonjolí.
  • 200 grs de miel.
  • 1 paquete de azúcar glasé.
  • una rama de canela o 1/2 cucharadita de canela en polvo.
  • Abundante aceite de oliva suave para freírlos.
Cómo los haremos:

       
  • Freímos la  taza de  aceite con una cáscara de naranja o limón (esto se hace para quitar fuerza al sabor del aceite), añadimos también el sésamo y el anís en grano. El aceite no debe estar fuerte, tiene que hacerse poco a poco.
                                                 
                                    

                                  
  • Ponemos en un cuenco grande los huevos, la ralladura de limón, el vino blanco y la harina tamizada.
                                   
  • Cuando el aceite esté templado se lo añadimos al resto de los ingredientes, colándolo para no añadir las semillas. Aunque si os gusta podéis dejar algunas sin colar.
  • Trabajamos la masa y enseguida estará lista para empezar.Se convierte en una masa fácil de trabajar,nada pegajosa y muy manejable.
  • En una sartén amplia, añadimos abundante aceite de oliva suave, y añadimos una cáscara de naranja para aromatizarlo y que pierda fuerza. La dejaremos hasta que la veamos tostada, el fuego que esté a temperatura baja.
                                             
                                                                 

  • Vamos cogiendo porciones  grandes y las extendemos sobre una superficie bien limpia dejándola muy fina.
  • Vamos cortando la masa con un vaso o corta pastas de tamaño pequeño, yo utilizo los vasos de los chupitos, y después estos círculos los estiro aún más con ayuda del rodillo, para dejar la masa transparente. Uno los dos extremos, presionando un poco para que no se abran al freírlos y ya los tendremos listos para ir a la sartén. {los estiro hasta que está casi transparente la masa, pero la dejé un poco más gruesa en las fotos, así se veía mejor el proceso}
                              
  • Los freímos por tandas hasta que tengan un bonito color dorado. Sin poner mucha cantidad de pestiños a la vez, pues hay que ir echando aceite con la paleta por encima, para que se hinchen, y vigilar para que cojan el punto de tostado deseado.
  •  Una vez fritos, los colocamos en una fuente a la que habremos puesto un plato pequeño boca abajo para que se vaya quedando el aceite sobrante y el pestiño quede sin grasa y crujiente. O también podemos poner papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.
                                             
    Después de haberlos frito y puestos a escurrir del aceite sobrante, podemos elegir la forma de presentación: pasados por azúcar glasé o enmelados{bañarlos en agua miel}                         .
  • Si los vamos a pasar por azúcar glasé esperaremos a que estén bien fríos. De lo contrario, el azúcar formará una pasta en la superficie del pestiño. Os lo digo por experiencia de las prisas en otras ocasiones.
                                                 
                                               
  • Si elegimos bañarlos en miel, pondremos 1/2 litro de agua con 250 grs.de azúcar, 200 grs de miel, una canela en rama o 1/2 cta. en polvo y cuando lleve hirviendo un buen rato a fuego moderado iremos sumergiendo los pestiños en pequeñas tandas. Los dejamos cocer en esa melaza unos 3 minutos y los sacamos. Es el mismo proceso que en las TORRIJAS  {clica encima para verlas}
  • Es mejor irlos colocando en una bandeja con fondo y verter, cuando esté fría una poca melaza por encima.
         

              
  • Dejar en ambos casos que estén bien fríos para consumirlos
  • Tanto los pestiños de azúcar como los de miel pueden guardarse perfectamente bien una semana sin alterarse el sabor ni la textura. A mí me parecen más ricos, al día siguiente de haberlos preparado.

       En casa nos gustan de tamaño pequeño, con un sólo bocado te llevas uno sin pensar. Claro que de esta forma, te comes unos cuantos.....también sin pensar.

  
                                       
                                       Espero que los probéis y que os gusten tanto como a nosotros.